John Green rima con «teen»
«Ciudades de papel», tercera novela del escritor, que causa furor entre los adolescentes de todo el mundo, llega mañana a los cines protagonizada por Cara Delevigne y Nat Wolff
«Ciudades de papel», tercera novela del escritor, que causa furor entre los adolescentes de todo el mundo, llega mañana a los cines protagonizada por Cara Delevigne y Nat Wolff
La revista «Forbes» incluyó al estadounidense John Green entre las 100 personas más influyentes del mundo en 2014, algo inusual para un escritor de novelas adolescentes. Sin embargo, las cifras respaldan la decisión del prestigioso medio. Su libro «Bajo la misma estrella», publicado en 2012, había vendido más de 10 millones de copias y su posterior adaptación cinematográfica, de 2014, recaudó más de 300 millones de dólares en taquilla. No cabe duda de que Green, además de una fábrica de «best-sellers», es un líder de opinión «teen», como demuestran sus cerca de 4,5 millones de seguidores en Twitter. ¿La clave de su éxito? «Tomar en serio a los adolescentes, pues poseen unas inteligencias emocionales sofisticadas», afirma el propio autor.
El fenómeno John Green tendrá un ingrediente más a partir de mañana, cuando se estrene la película de su tercera novela, lanzada en 2008, «Ciudades de papel». El largometraje está protagonizado por Cara Delevigne, quien interpreta a Margo Roth Spiegelman, una joven a la que «le gustaban tanto los misterios que se convirtió en uno», como la describe el otro personaje principal y narrador de la historia, Quentin, encarnado por Nat Wolff. Margo y «Q» (como le llaman sus amigos) son vecinos en una urbanización de Orlando desde los dos años. Poco a poco se despierta entre ellos una relación de amistad que finaliza por completo al llegar ambos al instituto. Sin embargo, para Quentin, Margo es un verdadero «milagro», el amor de su vida, y siempre ha esperado que ella vuelva a dirigirle la palabra y emprender juntos un nuevo comienzo. En definitiva, «Q» tiene una de esas ilusiones que sólo se cumplen en los libros o en las películas, y «Ciudades de papel» no iba a ser menos. Una noche Quentin escucha golpes en su ventana. Al otro lado del cristal, encapuchada, Margo le pide que le deje entrar. Ella le explica que debe realizar unas tareas nocturnas y que para ello necesita su coche y su ayuda. «Q» acepta el reto y, como buen enamorado, no puede evitar hacer todo lo que ella le pide a pesar del riesgo que supone cada una de las «misiones» de Margo. Al volver a su cama, Quentin sabe que ha vivido las mejores horas de su vida, y espera que a partir de la mañana siguiente todo sea diferente. Y lo será, pues Margo, aficionada a las huidas y a dejar pistas, ha desaparecido. Quentin, acompañado por sus amigos, comienza una búsqueda, más extendida en el libro que en la película. Ello provoca que en este caso (uno más) la tinta supere a los píxeles por los detalles que se pierden en la pantalla.
John Green es consciente de su responsabilidad con los adolescentes e intenta ofrecerles un «arte honesto siempre esperanzador», asegura. Uno de los mensajes que Green desea transmitir a sus «teens» es que «todos deberíamos saber que el resto de personas son tan complejas como uno mismo para no deshumanizarlos, pues de ahí nacen el ‘‘bullying’’ o, en el otro sentido, la mitificación». Esto le ocurre a Margo. Su entorno sólo aprecia su carácter enigmático y su misteriosa y excéntrica personalidad convirtiéndola en Margo «el mito». Una imagen falsa de una joven destrozada por su mitificación que se considera «una chica de papel» en busca de su «ciudad de papel».
Más allá de la tinta
Dice John Green: «No pensaba que mis libros sirvieran para llevarlos al cine». De momento se ha equivocado en dos ocasiones, con «Bajo la misma estrella» y «Ciudades de papel». El año que viene tendremos que quitarle la razón una vez más, cuando se estrene la adaptación a la gran pantalla de su primera novela, «Buscando a Alaska». La película estará dirigida por Rebecca Thomas (quien triunfó en 2012 con su drama adolescente «Electrik Children»), según ha asegurado el propio John Green en su Twitter, aunque en principio todo indicaba que sería Sarah Polley.