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Maxi Iglesias, un «mal estudiante» en apuros en «Asesinos Inocentes»

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Enamoró a legiones de quinceañeras desde la pantalla televisiva donde debutó en 2008 con la serie “Física y Química” y ahora, Maxi Iglesias (Madrid, 1991) se mete en la piel de un “mal estudiante” en apuros inmerso en “una situación frenética” en “Asesinos Inocentes”. La opera prima de Gonzalo Bendala, un thriller con toques de humor negro, se estrena este viernes en cines tras su paso por el Festival de Málaga, una historia inspirada libremente en un caso real ocurrido durante la Ley Seca en Estados Unidos.
“Se le llamó el intento de asesinato más desastroso la historia, intentaron matar a una persona 30 veces”, cuenta el actor a Efe. “Nosotros no nos extendemos tanto, pero casi”.
En la ficción Iglesias interpreta a Francisco Garralda, un universitario con graves problemas económicos que necesita licenciarse a toda costa. Su profesor de Psicología (Miguel Ángel Solá) le ofrece el aprobado a cambio de un “trabajito”: asesinarle.
“El mayor reto de este personaje era que el espectador pudiera empatizar con él”, señala Iglesias.
“Cuando leí el guión me chocó que el chico no mostraba reservas respecto al encargo que recibe, por lo que negocié con el director qué matices darle para que se entendiera mejor, en el sentido de reforzar el tema de las dificultades económicas”, dice el actor, acompañado en el reparto por Aura Garrido y Luis Fernández.
Iglesias, que en la actualidad reside en Los Ángeles, donde estudia inglés e interpretación, admite que él mismo tuvo una época de mal estudiante, aunque lo da por superado.
“Cuando eres joven estás a otras cosas, lo bueno es que cambié el chip y estoy contento. Pero tan desastre como en la película no era”, afirma el actor, que además de interpretación ha estudiado Comercio Internacional.
“Orgulloso” de sus experiencias en televisión -también ha pasado por “Velvet” y “Toledo”, y en Estados Unidos ha hecho sus pinitos en “Dueños del Paraíso-, cree que la pequeña pantalla es “muy buena escuela” y tiene claro que lo quiere es contar historias, sea donde sea.
“Yo he aprendido mucho en televisión y sigo haciéndolo, no lo cambiaría por nada, me da igual que se me tilde de actor televisivo, actor de cine o actor del portal de mi casa: actúo, cuento una historia, soy feliz haciéndolo y aún más si le llega a la gente”.
De “Asesinos Inocentes” destaca su “punto de partida novedoso”, su desarrollo “trepidante” y el final “positivo y vitalista”, a pesar que se traten temas tan serios como el suicidio, la culpa o la eutanasia.

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