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No me llames «Niñato»

Adrian Orr filma de manera documental la vida de un padre soltero que intenta mantener sus sueños artísticos en un contexto difícil.
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Adrian Orr filma de manera documental la vida de un padre soltero que intenta mantener sus sueños artísticos en un contexto difícil.
Rodar la intimidad familiar de un amigo es fácil, o es justo ahí donde estriba la dificultad? «Tiene sus cosas buenas y malas –dice Adrián Orr, director de ''Niñato''–. Trabajar con conocidos a los que tienes mucho cariño es un gusto, se comparten momentos, se disfrutan, pero al hacer la película que quieres, hay que pagar ciertos peajes». Ambientada en un barrio popular madrileño, narra el día a día de David «Niñato», un joven desempleado que se hace cargo del cuidado de sus tres hijos pequeños. Adrián y David son íntimos amigos desde la infancia y comparten aficiones reales como la música en un grupo de hip-hop. «La película la he hecho por los niños, por la familia, todo nace de ellos, es una cosa de amor, de querer. Hay en mí un punto de admiración de cómo hacen las cosas, cómo viven. Pero hacerlo con un amigo no es tan fácil porque tiene libertad para opinar sobre qué filmas o no y cómo lo haces, aunque yo he puesto mi criterio y mi punto de vista».
Ilusión y dedicación
Pese a las dificultades, «Niñato» lucha por inculcar a sus hijos valores y herramientas para enfrentarse a un mundo cada vez más complicado. Aunque vive en casa de sus padres, la pasión y esperanza de triunfar en el hip-hop aportan la necesaria dosis de ilusión a su vida y fortalecen su dedicación a la educación de los niños. En la intimidad de su vida diaria, a través de pequeños gestos y silencios, se va revelando la importancia de la unidad familiar. Oro, el más pequeño, poco motivado en los estudios, reclama cada vez más atención. La filmación de este devenir cotidiano desprende autenticidad y «conseguirlo no es fácil. Una de las ideas básicas era intentar que los niños fueran niños de verdad, con todas sus contradicciones y espontaneidad, no que interpretaran serlo y conseguir captar esa verdad que ya conocía antes de hacer la película era un requisito esencial, debes contar con ellos, vivir muchos momentos juntos, casi vivir con ellos», comenta Orr.
«Niñato» es la versión ampliada del multipremiado corto «Buenos días resistencia», que rodó durante dos años con esta familia y ahora, tras cuatro años más filmando con ellos, presenta su primer largometraje, donde ficción y documental mantienen un estrecho diálogo. «Siempre he admirado en ''Niñato'' la dicotomía entre sus dos pasiones, como joven que intenta mantener vivo un sueño de adolescente y padre que trata de inculcar a sus hijos el valor de la autonomía y de afrontar las tareas diarias como un trabajo en equipo donde cada uno tiene su responsabilidad –explica–. Esa es la base de su filosofía y la tomamos como núcleo de la película, porque con ella consiguen organizar la familia y lidiar con unas circunstancias que no son fáciles económicamente. La hermana de ''Niñato'' es la que trabaja y él quien queda al cuidado de los niños. Una organización como equipo donde unos a otros se apoyan», concluye.

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