Música
Crítica de clásica de "I Lombardi allá prima crociata": fin de semana verdiano y con monumental botellón en Madrid
Obras: «I Lombardi allá prima crociata», de Verdi. Intérpretes: Iván Ayón Rivas, Marko Mimica, Miren Urbieta-Vega, Lidia Fridman, David Lagares. Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real. Dirección musical: Daniel Oren. Madrid, 6-VII-2025.
Fin de semana verdiano en Madrid: el sábado una de las dieciocho funciones programadas de “Traviata” con lleno hasta la bandera y el domingo las dos de “I Lombardi allá prima crociata” en concierto. Para completar el sábado, el desfile del Orgullo LGTBI, con una capital llena de oriundos, vecinos y turistas hasta rebosar. No cabía un alma por todo el centro, con alguna estación de metro cerrada y teniendo que sortear al caminar entre la muchedumbre y a empujones las bolsas llenas de litronas por los suelos.
No me resisto a dar mi opinión en unas líneas sobre el primer reparto de “Traviata”. Lo primero, rendirme ante Willy Decker, cuya producción tuve la suerte de ver en Salzburgo en 2005 con Netrebko, Villazón, Hampson y Ricci. Un ejemplo de hacer las cosas con pocos medios, pero mucha inteligencia y también de cómo así hacer hucha. Desconozco a quien corresponderán los derechos, pero ha llenado sus bolsillos con todo lo que esta producción ha rodado por el mundo. Enorme Nadine Sierra, no se puede cantar mejor con una voz que no es exactamente la más deseable para un título que precisaría una ligera para el primer acto, una lírica para segundo y tercero y una dramática para el cuarto.
A Montserrat Caballé la ofrecieron constantemente cantarla en la Scala y nunca aceptó. Otro día les contaré sus razones. Bien un Xabier Anduaga que tiene mucha carrera por delante y más si perfeccionase la elegancia, y exquisitez del canto, por ejemplo, escuchando cualquier grabación de Carlo Bergonzi. Simplememte correcto Luca Salsi, buena voz, pero sin demasiados matices. Desde su entrada con “Madamigella Valery” se echó de menos a un Leo Nucci. Lectura de Henrik Nánási demasiado atenta a los cantantes y por ello corta de vuelo. Y un serio problema: no se logró transmitir la emoción que sí hemos sentido otras veces.
El Real cerró su temporada con “I Lombardi allá prima crociata” en concierto. Con libreto de Temistocle Solera, también autor del “Attila”, presentada hace unas semanas en el mismo escenario, “I Lombardi” se inscribe en los años definidos como “años de galera”, un periodo de intensa productividad, escaso reconocimiento y gran carga emocional para el compositor. Cuando una obra se programa poco, siempre es por algo. En el caso de ésta por el imposible libreto, un tanto complicado de entender y desde luego de innecesaria y problemática escenificación. Mejor en concierto, aunque estuviese muy de moda en Madrid a los pocos meses de su estreno en la Scala en 1843. De otro lado su música con abuso de los coros y de un estilo grandilocuente. También la incomprensible introducción de una página para violín y orquesta, muy bien tocada por la primer violín de la Sinfónica o un infrecuente reparto compuesto por tres bajos, tres tenores y dos sopranos. Con todo, hay algunos momentos brillantes, como el aria de Oronte La mia letizia infondere, el coro O Signore, dal tetto natio o la del bajo Sciagurata! hai tu creduto. Y, desde luego, se reconoce a Verdi desde el primer quinteto concertante. En definitiva, una ópera muy por debajo de su anterior “Nabucco” o de sus posteriores “Ernani” e “I due Foscari”." Gracias
Buena dirección, como era de esperar de un Daniel Oren que se cree y entrega a la obra, sacando provecho a coros y orquesta titulares. En este caso el verdadero protagonista es el bajo, encarnado por Marco Mimika, sustituyendo al anunciado Alex Expósito. Correcto, sin más. Francesco Meli hizo honor al hecho de ser uno de los tenores más solicitados de la actualidad en un papel irrelevante en la ópera, pero con la aria citada, también In cielo benedetto o el dúo con Giselda. Fue una pena la ausencia de la prevista Anna Pirozzi como Giselda, pero Lidia Fridman logró que no la echásemos de menos con su voz de timbre oscuro, de dramático-ligera y buena línea canora. Salvó un papel muy difícil, como todos los de las sopranos del primer Verdi. Ivás Ayón Rivas, segundo tenor en esta ópera, tiene un papel menos relevante que el de Alfredo en el segundo reparto de “Traviata”. Voz de lírico con caudal, buen cantante y ganas de exhibir registro agudo. Casi más ovacionado que Meli. Cumplieron a tono el resto del equilibrado reparto. Bravo por la orquesta y los coros, éstos en un intenso trabajo que se añade al de “Traviata”. Ovaciones tras algunos números y cerradas al final. Gonzalo Alonso Rivas