Sanfermines

Pepe Moral supera a un "Caminante" (generoso) y llega al trofeo con un gran "Lioso"

El sevillano sustituía a Hernández, cogido en Torrejón, y paseó la única oreja de la tarde con un interesante encierro de Cebada Gago

GRAFCAV9984. PAMPLONA, 08/07/2025.- El torero Pepe Moral durante la lidia a su segundo de la tarde en la tercera de abono de la Feria de Toro de los Sanfermines 2025 con toros de la ganadería gaditana de Cebada Gago y en la que comparte cartel con los diestros Antonio Ferrera y Román. EFE/ Villar López
Cuarta de abono Feria del Toro PamplonaVillar LopezAgencia EFE

No solo es que “Caminante” el toro de Cebada Gago, con el número 23 se había dado la vuelta en el encierro sembrando el pánico y dejándonos sin aliento. No solo es que ese toro le hubiera tocado a Pepe Moral en el sorteo, sino que el sevillano, además se fue a recibirlo a la misma puerta de toriles a portagayola. Es un desprecio al miedo muy grande en un sitio y a una hora. Tremendo. Salió bien a pesar de contener la respiración. Brindó al público y el milagro se sucedió. De rodillas comenzó la faena Pepe. Había venido a por todas, pero al incorporarse se quedó a merced en un momento de mucho peligro. Rodó y se salvó. Le quedó fondo de nobleza al toro y cuando lo llevó cosido a los vuelos (por la derecha) el toro viajaba en el engaño de Moral, a pesar de que salía siempre distraído. Nos pareció gloria bendita para lo que podía ser. La espada entró a la primera, pero se demoró el descabello y se enfrió la cosa.

No se lo pensó dos veces y volvió a ponerse en la boca de los miedos en el quinto de la tarde. Un misterio difícil de resolver para los temerosos. El de Cebada salió como un tren. Moral tenía las cosas muy claras. Esperó en banderillas el animal y en el centro del ruedo lo recibió Pepe para comenzar la faena. Este "Lioso" fue un regalo. El primero lo tomó como un rayo y nunca perdería las ganas de ir en la distancia, aunque cambiara el ímpetu por bajar las revoluciones y embestir a la muleta de Pepe Moral con un ritmo fabuloso. Fue ahí cuando Moral le cuajó los dos muletazos más lentos y se descubrieron ambos. Se echó de rodillas para macerar una tanda diestra y ya vino después todo lo que quisiera, porque el Cebada fue noble y bravo, para torearlo a placer, con un embroque maravilloso. Moral lo supo y alargó por uno y otro pitón. Una estocada que se ralentizó, porque el toro era bravo y no quería caer, pero superado con un golpe de descabello.

Fue el tercero el que vino a poner en apuros a Román. No pasaba el toro, a la espera y a la caza de carne fresca. El valenciano lo vio claro y no vio manera de meterlo mano, tampoco con la espada. El sexto llegó a la muleta encastado y con largura en el viaje, tras ese punto de mansedumbre de hacerle la vida imposible a la cuadrilla. A Román le pesaron más las dificultades que las posibilidades.

Los toros de Ferrera

Como si el gas lo hubiera dejado a las ocho de la mañana y no le quedaran más que las migajas de una buena resaca acudió el primero a la muleta de Ferrera. La enormidad de sus pitones acaparaba la atención para perdernos después entre su franqueza y su falta de empuje. En la carrera matinal dejó las energías y la faena de Antonio persiguió la misma línea de no molestarse. (Ni complicarse). Más adorno que profundidad.

El cuarto pareció que iba y venía también, pero en el último tramo de la arrancada se lo tenía guardado. Más incertidumbre que su anterior antagonista. Quizá por eso que Ferrera tampoco perdió el tiempo y optó por abreviar. "Lioso" había sido el toro. El de la tarde. Y Pepe lo había ido a buscar hasta la misma puerta de los miedos.

Ficha del festejo

Cuarta de San Fermín. Toros de Cebada Gago, muy bien presentados. El 1º, noblón; 2º, manejable; 3º, orientado; 4º, va y viene con más guasa al final; 5º, gran toro; 6º, manso y exigente en la muleta. Lleno de No hay billetes.

Antonio Ferrera, de blanco y oro, estocada, dos descabellos (silencio); estocada baja, descabello (silencio).

Pepe Moral, de canela y oro, estocada, dos descabellos (saludos); estocada, aviso, descabello (oreja).

Román, de burdeos y oro, seis pinchazos, media, tres descabellos (silencio); estocada baja, pinchazo, cinco descabellos (silencio).