Sección patrocinada por sección patrocinada

Estreno

Crítica de "Juego peligroso": la lagartija sin cola ★★

Dirección: Hideo Nakata. Guion: Noriaki Sugihara. Intérpretes: Kanna Hashimoto, Kenta Izuka, Uika First Summer. Japón, 2023. Duración: 110 minutos. Terror.

Un fotograma de "Juego peligroso"
Un fotograma de "Juego peligroso"Imdb

A las lagartijas siempre les vuelve a crecer la cola. Pero Hideo Nakata no es un saurópsido: el talento que perdió desde “The Ring” y “Dark Water” parece no haberle vuelto a crecer en “Juego peligroso”. Hace unos días, en Sitges, él mismo recordaba con cariño que se celebraban 25 años del primer premio que le otorgó el festival a “The Ring”, dando el pistoletazo de salida a la moda del J-Horror con una película mayestática, que vinculaba la larga tradición de los fantasmas japoneses con la capacidad de las imágenes para depositar la maldad del mundo, anticipándose a la noción de viralidad cuando Internet y las redes sociales estaban a punto de cambiar nuestra relación con la aldea global. Era aquella una película verdaderamente terrorífica, que supo captar el ‘angst’ de una época, y que, con poquísimos elementos -una llamada telefónica, una maldición contagiosa, un vídeo experimental-, hablaba también de la responsabilidad moral del espectador, de qué significa mirar una imagen.

“Juego peligroso” intenta reeditar sin éxito los aciertos de “The Ring”, aderezando su ‘collage’ de terror, comedia y melodrama de celos y acoso laboral con un guiño a “Cementerio de animales”. Todo empieza, en efecto, con una lagartija, y la oración que un padre bondadoso le transmite a su hijo para que este crea que, plantado en el jardín, el reptil puede resucitar. Lo que parecía una idea inocente se convierte, como era de prever, en una maldición: el padre pierde a su su esposa en un accidente, y el hijo, que también está a punto de irse al otro barrio y resucita in extremis por una tormenta eléctrica (¡) en pleno quirófano, insiste en plantar el dedo de su madre (¡¡) en el mismo jardín para volverla a la vida.

Si “Juego peligroso” fuera fiel a los delirios de su argumento -que incluyen fantasmas, sectas, monjas sobornables y un vidente que parece haberse escapado de “Humor amarillo”-, estaríamos hablando de una joya del ‘trash’. Sin embargo, la desgana de Nakata en la dirección, plana como una tabla de planchar, desactiva la eficacia de los cambios de tono y registro del filme, y lastra el ritmo de una película tosca y torpe. Nos llevamos para el recuerdo un par de imágenes de estirpe surrealista, que no desentonarían ni en una cinta de Mario Bava ni en un cuadro de Salvador Dalí.

Lo mejor:

Su imaginería fantasmal, muy deudora de la de “The Ring”, depara alguna que otra sorpresa poderosa.

Lo peor:

Le falta un director con más nervio y más inventivo para que la película se suelte el pelo sin temor a hacer el ridículo.