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Crítica de "Upon Entry": todos somos culpables ★★★1/2

Dirección y guion: Alejandro Rojas y Juan Sebastián Vasquez. Intérpretes: Alberto Amman, Bruna Cusí, Laura Gómez, Ben Temple. España, 2023. Duración: 77 minutos. Drama.
Un fotograma de "Upon Entry"
Un fotograma de "Upon Entry"Imdb
La Razón
  • Sergi Sánchez

    Sergi Sánchez

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Como muchas películas de interrogatorio -pensamos en, por ejemplo, “La ofensa”, de Lumet, pero también en “Una pura formalidad”, de Tornatore-, a “Upon Entry” le bastan un decorado desnudo, funcional, y la fe en el gesto y el primer plano para revelar lo que se oculta tras la máscara de la indefensión. Difícil no identificarse con una situación que todo el que ha viajado a Estados Unidos -la acción del filme se sitúa durante el mandato de Trump- ha vivido con la tensión de quien se siente culpable sin saber el crimen que ha cometido. El crimen de Diego (Alberto Amman) y Elena (Bruna Cusí), claro, es pretender que el sueño americano puede experimentarse sin cruzar desiertos y saltar alambradas, y se paga con la tensa espera ante un policía de aduanas, y la sensación de impotencia de que, si no se logra el visto bueno, un infierno de tintes kafkianos nos aguarda muy cerca, en una habitación sin ventanas.
Durante buena parte de su breve, conciso metraje, el filme de Rojas y Vasquez denuncia la tortura psicológica institucionalizada como instrumento de control anti inmigratorio, hasta que decide, en un imprevisible giro de guion, utilizar ese argumento sociopolítico para abrir en canal la intimidad de una pareja, que, sometida a la presión de los aparatos punitivos del Estado, enseña las entrañas de su simulacro. La precisión clínica con que se desarrolla ese interrogatorio, acompañado de una austera puesta en escena, nos hace olvidar que, al final, “Upon Entry” parece justificar que la crueldad policial cumple su función: demostrar que, quien más, quien menos, todos somos sospechosos y culpables.
Lo mejor:
Es puro músculo, y cuenta con un guion de hierro y un reparto entregado.
Lo peor:
Es difícil saber si la película es consciente de la ambigüedad de su presunta denuncia.