Una “fake new” anuncia la retirada de Jeff Koons del arte tras una “epifanía religiosa”

Una “fake new” anuncia la retirada del artista, que lleva cuatro años recortando la plantilla de su taller y está inmerso en varias demandas

Se ha hecho rico y célebre a base de figuras epatantes entre el pop y el kitsch, obras que según salían al mercado o a las subastas rompían todos los baremos. Y su figura es tan controvertida que la noticia de su retirada por una “epifanía religiosa” podría haber sonado a verdadera. Tanto que en este diario publicamos durante un par de horas dicha versión, haciéndonos eco de una revista digital de arte (“ArtsLife”), que a su vez había tomado la información de un texto satírico de “Hyperallergic”.

En la noticia, contábamos lo siguiente:

Jeff Koons, a sus 64 años, dice basta: “Estoy orgulloso de todo lo que he logrado, pero la misma vocación que llevó a mi práctica ahora me está pidiendo que pare. Una epifanía religiosa que me cambió la vida me ha revelado una curva necesaria en el camino espiritual que me ha guiado desde el comienzo de mi carrera. Tengo la intención de responder a ella con aceptación, terminando mi camino en el mundo del arte comercial“, confesaba en un mensaje a través de su publicista.

La retirada de Koons, que siempre ha sabido jugar con los tiempos y necesidades del mercado, se produce en una época en la que venían dándose signos de declive. Este mismo año anunció un nuevo recorte en la plantilla de los trabajadores de su taller, la cuarta que acomete en cuatro años. Aseguraba que emprendía tal recorte para centrarse en los proyectos digitales, que requerían de menos empleados. Sin embargo, a finales de este año cerrará completamente su taller para el “arte comercial”. No sabemos si seguirá desarrollando obras de otro modo.

En los últimos años a Koons le han llovido demandas de todo tipo: ha sido condenado a pagar 170.000 dólares por plagiar publicidad de un anuncio de 1985 en su escultura de 1988 “Fait d’hiver” y actualmente se encuentra actualmente involucrado en una demanda de 90 millones de dólares presentada contra él y Gagosian Gallery por obras no entregadas. Sus millonarias cuentas se vienen resintiendo en los últimos años, a pesar de que sigue siendo considerado por muchos como “el Warhol del siglo XXI”. Por ejemplo, en la actualidad una exposición en Ciudad de México compara su obra con la de Duchamp.

En 2013, logró vender en subasta su obra “Ballon Dog” por 58 millones de dólares, convirtiéndose en la obra más cara de un artista vivo vendida en subasta hasta ser relevado este año por David Hockney.

La maraña de las “fake news” se ha cernido sobre una figura que en el plano artístico siempre ha jugado con las referencias y el pastiche. Lamentamos haber publicado su falsa retirada.