Eva G. Sáenz de Urturi: «Después de ver casos reales jamás sería policía»
Cierra la trilogía de la Ciudad Blanca con «Los señores del tiempo», donde mezcla el suspense con la historia.
Cierra la trilogía de la Ciudad Blanca con «Los señores del tiempo», donde mezcla el suspense con la historia.
«Esto va en serio», dijo Eva García Sáenz de Urturi en la presentación de «El silencio de la ciudad blanca». Corría mayo de 2016 y sus palabras se referían a lo que le ocurría a Kraken, su personaje estrella, al que acababan de pegar un tiro, pero ahora se pueden utilizar para hablar del fenómeno que por entonces no había hecho más que comenzar y que hoy no admite dudas: «Desde que salió a la calle vimos que iba a ser un éxito, aunque no podíamos anticipar la que se ha liado», se sorprende todavía a día de hoy la escritora, que ya espera el salto a la pantalla de su ficción con Belén Rueda y Javier Rey como rostros. Y sí, así es, la Trilogía de la Ciudad Blanca ha seguido la estela de esas sagas de misterio que los lectores devoran en la actualidad como si de un pintxo de la vitoriana calle Dato se tratase. El mismo sitio por donde no puede pasear sin que la paren. Porque en «Los señores del tiempo» (Planeta) Gasteiz continúa, como no, siendo neurálgico de todo. Esta vez con un cambio de registro que mezcla suspense y medievo en «un libro dentro de un libro», presenta.
–Como experta en el tema, ¿qué debe tener un éxito?
–Siempre pienso que la parte personal de la trama es muy importante. Igual que el que exista un giro final inesperado, que sea un «thriller» inteligente y que la gente sienta que lo que está leyendo está bien documentado. Los escenarios, el protagonista, el entorno..., todo debe ser humano para que el lector lo crea.
–¿Les ha metido el miedo en el cuerpo?
–Pues los hay que te escriben pidiendo «por favor» que no mate al abuelo o que tal y tal acaben juntos. Es muy gratificante encontrar que se preocupan realmente como si existieran de verdad. Los entienden como personas y no como personajes.
–Es es el ejército de «krakenianos» que ha creado.
–Hay tanta expectación con esta última entrega que me comentaba la editora que lo que ha ocurrido con la reserva de los libros es inaudito. Librerías pequeñas y grandes tenían un montón de novelas reservadas porque no quieren perdérselo. Dicen que es un fenómeno que nunca había ocurrido.
–Todo alrededor de esa estrella en la que se ha convertido Unai López de Ayala «Kraken», ¿cómo ha evolucionado su figura?
–Ha sufrido un arco de transformación importante porque comienza siendo un hombre obsesionado con proteger Vitoria, su ciudad, y ahora, que ya tiene familia, hija y mujer, los casos avanzan hacia un callejón de malas noticias en el que tiene que elegir: o seguir siendo el mejor perfilador de la Policía o decantarse por su familia, lo que sería un paso atrás en su carrera. Así que no lo tiene tan fácil.
–La que sigue teniendo claro que no quiere ser policía es usted, que recordemos que ha llevado la documentación en este aspecto al máximo con varios cursos de autopsias, perfilación, inspecciones técnicas oculares...
–Había que hacer que Kraken caminara seguro por las páginas, pero sí, clarísimo. Yo ahí no me meto. Más después de haber visto tantos casos reales.
–Eva no, pero la trama sí que mantiene ese espíritu policial.
–Por supuesto. Esto continúa siendo un «thriller», aunque ahora está mezclado con la novela histórica que tiene un peso importante. Mitad y mitad. Una novela dentro de otra.
–Toda una trama medieval que ha sacado de un simple párrafo.
–Era todo lo que había del asedio a Vitoria de 1199, la única fuente primaria y escrita por Jiménez de Rada más de un siglo después, así que lo que hice fue documentarme bien de Navarra y de la Villa de Victoria del siglo XII. Me he leído más de 50 libros de aquella época.
–¿Había mono de volver a escribir sobre historia?
–Me apetecía, la echaba de menos. Y así, de esta manera, he ampliado los géneros del libro para los lectores que no eran de «thriller» y que iban detrás de la parte personal de Unai.
–¿Ha pesado la responsabilidad de cerrar el círculo?
–Era muy consciente de que el cierre tenía que dejarlo en lo alto, que fuera épico. Porque si no hubiera supuesto ese reto no habría escrito. Ya son seis novelas y siempre necesito retarme. En ese caso era esa mezcla de géneros y que maridasen bien. La exigencia creativa ha sido tal que he terminado física y mentalmente exhausta, pero tan orgullosa... (resopla).
–¿Lo damos por cerrado entonces?
–Pues no lo sé, está escrito para que sea así, pero no puedo saber qué escribiré dentro de un tiempo. Ni tampoco quiero saberlo. Prefiero seguir trabajando y ya veremos, pero de todas formas vamos a frenar y aprovechar lo que acaba de salir.
–¿Le marean las cifras: 700.000 lectores, 35 ediciones, 5 idiomas...?
–No porque no ha llegado todo de golpe. Desde que empecé a publicar he ido ganando lectores con cada libro. Hay mucho trabajo detrás de todo un equipo que está remando para que esta sea mi vida, es así.