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Comunidad de Madrid

Gonzalo Salazar-Simpson: «El cine es una manera de vivir, no de ganarse la vida»

La Escuela de Cine de Madrid (ECAM), que dirige, acaba de presentar «The Screen», una iniciativa para impulsar la producción audiovisual en España.

Gonzalo Salazar-Simpson: «El cine es una manera de vivir, no de ganarse la vida»
Gonzalo Salazar-Simpson: «El cine es una manera de vivir, no de ganarse la vida»larazon

La Escuela de Cine de Madrid (ECAM), que dirige, acaba de presentar «The Screen», una iniciativa para impulsar la producción audiovisual en España.

Se licenció en Administración y Dirección de Empresas (ADE), pero decidió colgar los trastos y, por convencimiento de su hermano, se adentró en el mundo cinematográfico. Gonzalo Salazar-Simpson ha sido productor de títulos como «No habrá paz para los malvados» –con el que ganó un Goya– u «Ocho apellidos vascos». Y desde hace ya unos años dirige la Escuela de Cinematografía y del Audiovisual de la Comunidad de Madrid (ECAM), que acaba de presentar su nuevo proyecto, The Screen, con el que pretende impulsar la producción de largometrajes, apoyar al talento emergente y dinamizar el tejido audiovisual español.

–¿Qué es The Screen?

–La marca que hemos creado en la ECAM para agrupar todas las iniciativas que no sean estrictamente académicas con el objetivo de tender puentes entre nuestros alumnos y el mundo profesional. Acabamos de lanzar La Incubadora, pero hay otras iniciativas en marcha.

–Hábleme de ellas.

–Una de ellas es un espacio de «coworking», ya que a las generaciones artísticas en grupo les viene muy bien un espacio de este tipo. De hecho, en las empresas donde los trabajos se hacen en estos espacios la productividad sube entre un 30 y un 40%. Otra de las iniciativas es una bolsa de trabajo con la que ayudamos a nuestros alumnos a colocarse. Al final, en el mundo del cine no hay una oficina a la que mandar currículos o un título que abra puertas. La mitad de nuestros alumnos vienen con una carrera hecha. La ECAM tiene que salir de lo académico para meterse en la pantalla.

–¿De cuántas pulgadas sería la de la industria española?

–De 4/3, que es el formato televisivo más antiguo, pero nos gustaría que fuera de 235, que es el más cinematográfico.

–¿Cuál es la situación del sector?

–Está en un momento bastante frágil. Hemos cambiado el modelo de producción y estamos en un periodo de transición, que siempre son particulares. Pero la industria audiovisual –si además del cine incluimos otros formatos, como la televisión– atraviesa una etapa muy especial. Movistar, por ejemplo, se ha lanzado a hacer series. Ese revulsivo, esa transformación, únicamente puede generar oportunidades.

–Como licenciado en ADE, ¿qué debe pasar por la cabeza de un productor cinematográfico?

–Un modelo de negocio y de explotación. Y dar la libertad suficiente a los equipos creativos para que hagan su trabajo.

–¿Para qué se produce una película, para entretener o para ganar dinero?

–Se produce por gusto, porque se quiera hacer esa película, porque se piense que es necesaria... Unas se hacen para entretener, otras para ganar dinero y otras para ninguna de las dos cosas. Hay momentos en los que apetece hacer unas películas y momentos en los que apetece hacer otras, según el estado de ánimo.

–¿En España hay talento?

–De sobra.

–Pues para triunfar parece que es necesario salir al extranjero...

–En absoluto. Ha habido grandes triunfos de nuestra cinematografía aquí, pero parece que hay una percepción de que lo que ha salido al extranjero viene avalado por terceros, como si tuviera que ser mejor. Muchos han triunfado en España sin necesidad de salir fuera.

–¿Vivir del cine puede concebirse como una película de ciencia ficción?

–(Risas) El cine no es una manera de ganarse la vida, sino de vivir. En cualquier caso, y aunque sea duro, hay mucha gente que vive de esto, así que no es ciencia ficción.

–¿A qué película le recuerda la situación política actual?

–A la del Camarote de los hermanos Marx.

–¿Quién sería el mejor actor?

–Pedro Sánchez.

–¿Una escena de risa?

–Puigdemont en Bruselas.

–¿Y de miedo?

–(Piensa) Miedo no me genera casi nada. Lo que más miedo me daría ahora mismo sería que mi hija me presentara a su novio, que tiene un año.

–¿No habrá paz para los malvados?

–Esperemos.

–Con esa película ganó el Goya a la mejor película. ¿Cuál fue el secreto?

–No sé cómo debe ser una película para tener éxito, porque influyen cientos de factores. Depende del momento en el que estrenas, de los actores, del guion... Lo único claro es que la película debe existir. Es decir, se tiene que comunicar lo suficientemente bien. Leí hace tiempo que el éxito de un productor es que la película terminada se parezca a la que quería hacer...

–¿Cuántas películas ha producido?

–Trece.

–Mal número para los supersticiosos...

–Tienes razón (risas). (Piensa) Bueno, también he producido una serie para Movistar que se estrenará el año que viene, así que serían 13 más una.

–¿Qué pensará Goya de usted? (tiene su busto en el despacho)

–¡Qué mal dibuja este chico! (risas)

–¿Y usted de él?

–Que es el origen de la modernidad.