Ramsés II, el faraón legendario y mujeriego que tuvo 152 hijos
Apodado como “El grande”, fue uno de los gobernadores más importantes del Antiguo Egipto y compartió su vida con esposas reales, secundarias y concubinas
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Es sin duda uno de los faraones más importantes del Antiguo Egipto. Ramsés II, que gobernó durante 66 años, entre el 1279 a.C. hasta el 1213 a.C., fue apodado como “El Grande”, pues su mandato se caracterizó por una época de esplendor. Considerado como un dios, el faraón difundió la cultura imperial egipcia, así como destacó por sus capacidades políticas y su carácter inigualable. Con esto, y como a toda figura interesante de la historia, también a la larga vida de Ramsés II le envuelven numerosas leyendas y misterios. Si algo tiene el Antiguo Egipto es que es un mundo aún por descubrir para los arqueólogos e historiadores, hasta el punto que aún hoy continúan hallando grandes tesoros. Es el caso de la recién descubierta tumba del escriba real y tesorero de este faraón, un hito arqueológico que se acaba de producir en la necrópolis de Saqqara y que ha sorprendido a los más expertos.
Pero, más allá de las excavaciones, lo increíble de Ramsés II y su legado es su vida. Tanto la política como la familiar. Hijo del faraón Seti I, su descendencia está envuelta por una leyenda que podría tener sus justificaciones documentadas. Desde joven su carácter de mujeriego ya era evidente, pues con tan solo 15 años estaba casado y era padre de cuatro hijos. Su esposa era Nefertari, pero no era la única, pues Ramsés II también tuvo otras esposas reales, como Isis-Nefert, otras secundarias, y algunas concubinas. No obstante, para los expertos fue Nefertari la que más influyó en la vida del gobernador, pues no solo se dedicó a tener descendientes, sino que también fue una mujer bastante activa en la vida política y social del Antiguo Egipto.
Con esto, según los expertos y, por qué no, ciertas leyendas, Ramsés II llegó a tener durante su vida la friolera de 152 hijos. Todos ellos, frutos de sus innumerables relaciones con diferentes mujeres, y entre los cuales destacaba el príncipe Khaemwese. Fue uno de los más conocidos de esta descendencia y, además, de los favoritos del faraón. Segundo vástago de Isis-Nefert, nació cuando su padre tan solo tenía 20 años, y heredó de él su capacidad militar y política desde la juventud.
Khaemwese acompañó a su padre en dos campañas militares, así como resultó ser un gran erudito en lo administrativo. Además, se convirtió en sacerdote del clero del dios Ptah en Menfis, acaparando así un gran poder en la época: controlaba a escultores, joyeros y artesanos que trabajaban en proyectos reales, así como supervisó grandes construcciones, como la del templo funerario de Ramsés II, en Tebas.