Melinda, la niña fantasma de Jafra
Una de las leyendas dice que aparece en algunas curvas de la carretera entre Sitges y Castelldefels: la joven falleció cuando escapaba de su padre, que enloqueció ante la muerte de sus otros hijos
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Jafra, también conocido como Jafre del Garraf, es hoy en día un pueblo fantasma en el que, según la leyenda, en su cementerio, murió una niña. Dicen que su alma nunca ha descansado tranquila y que, a veces, su imagen cruza la plaza del pueblo. También se escuchan lamentos al atardecer y de una casa emanan ruidos, golpes y pasos.
La población de Jafra se encuentra en el macizo del Garraf, a 189 metros sobre el nivel del mar, entre Castelldefels y Sitges, en la provincia de Barcelona. El pueblo está documentado desde el año 1139. La iglesia aparece documentada desde el año 1332. La última reparación de la misma, según consta en la fachada, es del 1850. Los propietarios del pueblo ostentaban el título nobiliario de barones de Jafra.
Se explica que una familia de origen austríaco, con mucho dinero, se instalaron en una masía cercana a Jafra. Esta se llamaba El Maset de Dalt y de Baix, hoy en ruinas. El matrimonio buscaba el aislamiento porque, al parecer, sus hijos sufrían una enfermedad en la piel. Por eso no los dejaba salir de la masía, ni permitía que nadie los visitara. Para facilitar la vida de sus hijos en aquel solitario lugar, mandó construir un jardín. La obra corrió a cargo del arquitecto Jean-Claude Nicolas Forestier (1861-1930). El jardín se convirtió en un enorme laberinto de árboles y arbustos.
Tiempo después la madre dio a luz a su cuarto hijo. En este caso una niña llamada Melinda. La madre murió como consecuencia del parto. A partir de ese momento, una serie de fenómenos extraños se sucedieron.
Los hijos empezaron a morir, posiblemente por la enfermedad de la piel que sufrían, aunque no se sabe el motivo. El padre empezó a comportarse de una manera extraña. Tenía miedo de que su única hija también muriera. Parece ser que el padre enloqueció. Cierto día la niña corría por el jardín perseguida por su padre. De repente cayó al interior de un pozo, desapareciendo para siempre. Del padre no se sabe nada más y esta trágica historia podría haber acabado aquí. No fue así.
A partir de ese momento el imaginario popular creó una serie de leyendas vinculadas a Melinda. La primera dice que se aparece por los bosques del macizo del Garraf a a aquellos caminantes extraviados o que pasan cerca de la masía que habitaba con sus padres, y les señala el camino, para ayudarlos a escapar de las garras de su malvado padre. Otra cuenta que en la carretera que va de Sitges a Castelldefels, conocida popularmente como las curvas del Garraf, en alguna de ellas se aparece Melinda.
El pueblo de Jafra esta referenciado desde el año 1139. En el 1143 Ramon Guillem legó al pueblo de Jafra a su hijo Pere y en el 1332 ya se hace alguna denominación al Castillo de Jafra –pueblo e iglesia pasaron a pertenecer al monasterio de Sant Cugat–. En un listado del siglo XIV solamente aparece una vivienda ocupada y en 1413 se postula la poca utilidad de la iglesia de Santa María por el estado de abandono del poblado. El 21 de Agosto de 1432 se establece una unión perpetua de la iglesia de Jafra con la de San Félix de Olivella. En el 1683 el barón decide dar un nuevo impulso al pueblo y nombró a Francesc Mercer alcalde. Asimismo restauró la iglesia. En 1819 se quedó sin alcalde y se incorporó al pueblo de Olivella.
En el siglo XVII, los barones de Jafra deciden dar un nuevo impulso al pueblo y nombran un alcalde (Francesc Mercer, el 1683), restaurando también la iglesia. Finalmente, en el año 1819 Jafra pierde por fin su último alcalde y queda incorporado definitivamente al relativamente cercano pueblo de Olivella. La economía tradicional de la cuadra de Jafra se basaba en leña y algún ganado, aunque también se intensifica el cultivo de viñas hacia el siglo XVII. Aunque en 1820 gozaba todavía de 83 habitantes y se produce una renovación de la iglesia, la filoxera inducirá el abandono progresivo de los terrenos dejando a Jafra con 19 habitantes en 1960.
Relacionado directa o indirectamente con Melinda, en Jafra se han celebrado misas negras y psicofonías. En estas se ha recopilado la voz de ese niño desaparecido en el cementerio. También se cuenta que desde ahí se han avistado OVNIS. Hay dos puntos en el pueblo que tienen un atractivo especial. La iglesia que estaba dedicada a Santa María y una casa grande noble que perteneció al barón de Jafra.