Las series y películas de época son un filón audiovisual, y Netflix es consciente de ello. Varias son las producciones de tramas históricas que han cosechado bastante éxito en la plataforma, como es el caso de la cinta "María, reina de Escocia" (2019), protagonizada por Margot Robbie y Saoirse Ronan, o "Persuasion" (2022), ficción protagonizada por Dakota Johnson. En el ámbito de las series, cabe señalar a "Los Bridgerton", serie que ya lanzó en marzo de 2022 su segunda temporada y que se encuentra en plena producción de la tercera entrega. Con esto, a todo aquel que es seguidor de las obras de época, no le ha pasado desapercibida la nueva serie que está triunfando en Netflix: "La ley de Lidia Poët", dirigida por Letizia Lamartire y Matteo Rovere, está protagonizada por Matilda de Angelis, y si bien algunas de las cintas mencionadas anteriormente tienen una gran carga de ficción, esta serie tiene tras de sí una interesante historia real.

La serie sigue los pasos de Lidia Poët, la primera mujer abogada de Italia, quien decidida a anular la sentencia del Tribunal de Apelación de Turín, que le impide ejercer como abogada, encuentra trabajo en el bufete de su hermano Enrico (Pierluigi Pasino) mientras prepara su recurso. Así, estos 6 episodios trasladan al espectador a pleno siglo XIX en Italia, y narra una historia que cabalga entre la ficción policíaca, un misterioso thriller y una búsqueda incesante de la justicia por parte de una mujer que, a pesar de no tener un centavo, no duda a la hora de empoderarse. Y, respetando las licencias creativas de cualquier producción de ficción, esta historia está basada en una experiencia real, que vivió la verdadera Lidia Poët.

Efectivamente, fue la primera abogada italiana moderna, y nació el 26 de agosto de 1855 en Perrero (Italia). Creció en el seno de una familia acomodada en Pinerolo, donde su hermano mayor, Giovanni Enrico, era propietario de un bufete de abogados. Desde joven, enfocó su educación hacia un futuro en que pudiera valerse por sí misma, de manera que Poët obtuvo el título de maestra de inglés, alemán y francés, así como se matriculó en la Facultad de Derecho de la Universidad de Turín. Fue entonces cuando comenzó su verdadera aventura: una vez se sacó la carrera, la abogada italiana solicitó ingresar en la Orden de Abogados y Fiscales de Turín, a lo que varios abogados se opusieron, como fue el caso de Federico Spantigati o Desiderato Chiaves. Con esto, cabe señalar que también hubo quien apoyó a Poët, defendiendo que "según las leyes civiles italianas, las mujeres son ciudadanas como los hombres" -estas palabras las pronunció el presidente del Colegio de Abogados, Saverio Francesco Vegezzi-, y por tanto tienen el mismo derecho de ejercer la abogacía. Fue el 9 de agosto de 1883 cuando la protagonista de esta historia se alzó como la primera mujer admitida para ser abogada en Italia.

No obstante, no todo quedó ahí, pues es en este momento en el que empieza la trama que aborda la serie de Netflix: el 11 de noviembre de 1883, apenas tres meses después de haber ingresado en el Colegio, y a pesar de conseguir un apoyo de 45 de los 50 miembros de la Orden, un Tribunal de Apelación determinó lo que los pocos detractores de la abogada venían defendiendo durante semanas. La inscripción de Poët se declaró como ilegal, y fue inhabilitada. Si bien ella apeló ante el Tribunal de Casación turinés, finalmente quedó fuera de los tribunales, pues se confirmó la decisión del anterior Tribunal. Esto produjo un auténtico revuelo en la sociedad italiana, entre la que surgió un abierto debate público ante lo ocurrido a Poët. La gran mayoría de periódicos italianos se posicionaron a favor de la abogada, defendieron la capacidad y derecho de las mujeres de ejercer un cargo público, aunque hubo también publicaciones que se oponían a esta realidad.

Con esto, Poët arrancó una auténtica lucha feminista: mientras colaboraba como abogada en el despacho de su hermano, se convirtió en gran defensora de los derechos no solo de las mujeres, sino también de los menores y de otras minorías, así como fue figura clave del apoyo hacia el sufragio femenino. En 1903 se unió al Consejo Nacional de Mujeres Italianas (CNDI), donde dirigió, en los congresos de 1908 y 1914, los trabajos jurídicos.

Su lucha se prolongó durante varios años, y no fue hasta 1919, 36 años después de haber ingresado por primera vez en el Colegio de Abogados, y cuando Poët tenía 64 años, cuando volvió a ser readmitida. Tras la Primera Guerra Mundial, la conocida Ley Sacchi abolió la autorización marital en Italia, de manera que las mujeres podían contar con el pleno derecho de acceder a los cargos públicos, exceptuando el poder judicial, la política y los cargos militares. En 1920, Poët logró ingresar en la Orden, convirtiéndose, esta vez sí, en la primera abogada femenina de Italia. Falleció en Diano Marina (Italia) a los 94 años, un 25 de febrero de 1949, y enterrada en el cementerio de su ciudad natal.