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Historia

El incendio de Valencia despierta memorias del fuego que cambió la ciudad en el siglo XV

Las llamas del edificio de 14 plantas en el barrio de Campanar han recordado otro sombrío capítulo de la historia de Valencia

El incendio que cambió Valencia en el siglo XV
El incendio que cambió Valencia en el siglo XVLa RazónLa Razón

En la tarde de este jueves, el fuego ha devorado un edificio residencial de 14 plantas en el corazón del barrio de Campanar, Valencia. Mientras los servicios de bomberos evacuaban a los residentes y los valencianos observaban horrorizados la escena desde la distancia, las llamas recordaban otro sombrío capítulo de la historia de Valencia. Siglos atrás, en una noche fatídica del año 1447, un incendio iniciado en una carpintería cercana al Mercado Central desencadenó una tragedia que cambiaría para siempre la ciudad.

Según relatos históricos, recogidos en el trabajo titulado 'The great fire of medieval Valencia (1447)' y publicado en la revista 'Urban History' de la Universidad de Cambridge, aquel fuego devastador no fue solo un accidente fortuito, sino que estuvo vinculado a un oscuro crimen que conmocionó a la sociedad valenciana de la época. La disputa de tierras entre Genís Ferrer, un influyente jurado de la ciudad, y un agricultor local, culminó en la muerte del agricultor, su esposa e hijos.

La leyenda cuenta que un perro insistió en llevar a las autoridades hasta la propiedad del difunto agricultor, donde se apresó a la mujer de Ginés Ferrer, que había convencido a su esposo para realizar el crimen. La ejecución de la esposa de Ferrer por su participación en el crimen, el 17 de marzo de 1447, no logró calmar el deseo de venganza, y se especula que el propio Ferrer podría haber desatado las llamas como un acto de represalia.

Aquel incendio medieval arrasó con 46 viviendas y redujo a cenizas los puestos del mercado, cobrándose la vida de 10 personas inocentes. Los cronistas de la época dejaron constancia de la tragedia, mientras que la población buscaba consuelo en procesiones religiosas para apaciguar la ira divina, que formaba parte, según los investigadores, de las estrategias contra el fuego.

En el siglo XV, Valencia era centro bullicioso de la península ibérica y ya había sufrido otros cuatro incendios de magnitud considerable. Tras la devastación, figuras como Petro Vetxo emergieron como héroes anónimos, dedicados a reconstruir y reorganizar la ciudad. Las autoridades municipales se esforzaron por indemnizar a los afectados y restaurar el entorno del mercado, en un acto de solidaridad y unidad que ha perdurado a lo largo de los siglos. Las llamas que devoraron parte del entramado urbano medieval dieron paso a una reconfiguración del espacio, borrando y redibujando el tejido de la ciudad con nuevos contornos menos medievales y más renacentistas, creando una nueva Valencia.