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Historia del cine

El Joker, Guy Fawkes, Puigdemont y otras fugas de cine del montón

La fuga del expresident de la Generalitat y el esperpento anterior provocaron todo tipo de comparaciones en redes sociales, intentando sobrellevar con humor la pantomima

El Joker, Guy Fawkes, Puigdemont y otras fugas de cine del montón
El Joker, Guy Fawkes, Puigdemont y otras fugas de cine del montónLR / WARNER BROS. / EP

Allá por 1995, el mundo del cine se quedaba sin palabras para describir el truco final de «Sospechosos habituales», en el que uno de los antagonistas fingía una cojera ostensible durante toda la película para acabar caminando y saliendo impune de un crimen que sí había cometido. Casi 30 años después es difícil volver a ella, porque tanto el director Bryan Singer como el actor Kevin Spacey han estado involucrados en casos de presuntos abusos a hombres menores que ellos, con distinto sino judicial. Ya es casualidad. Sea como sea, aquellos andares bruscos que nos dejaron la boca abierta -y perdonarán el «spoiler», décadas después- a muchos les han recordado al esperpento vivido esta semana en Barcelona, con la tocata y fuga del expresident de la Generalitat y prófugo interruptus de la justicia española, Carles Puigdemont.

Tras romper la mañana junto a un montón de jubilados y demás fauna de la ociosidad condal, masa enfervorecida por ver de nuevo a su ex honorable junto al Arco del Triunfo, Puigdemont consiguió escapar de los Mossos d’Esquadra y su «Operación Jaula» (aunque podría ser la «Camarón», perfectamente) para acabar saliendo una vez más del país por la puerta de atrás. Su extraña fuga, desde ya otra muesca en la escopeta nacional, se convirtió desde primera hora de la mañana en motivo de burla, meme y sorpresa en redes sociales, donde se le llegó a comparar con el mítico Fantômas. Arquetipo decimonónico del maestro del disfraz, creado por Marcel Allain y Pierre Souvestre, Fantômas venía a ser la expresión antiestética de Lupin, una especie de psicópata con trastorno de la personalidad que rápidamente encontró su público por su habilidad para escapar. Fue tal la popularidad del personaje que, de hecho y en los albores del cine mudo, sus historias se llevaron a la gran pantalla desde 1913 en adelante. Su adaptación más célebre, sin embargo, se filmó en 1964, gracias a la trilogía dirigida por André Hunebelle en las que Jean Marais daba vida al escapista.

Pero si algo hizo las mieles de los internautas, siempre algo crueles y ya pasado el mediodía, fue el ingreso hospitalario de David Pérez (PSOE), vicepresidente primero de la mesa del Parlament. Justo antes de que diera inicio la sesión que acabaría invistiendo a Salvador Illa como el primer president socialista en casi tres lustros, el cargo de su partido tuvo que ser trasladado de urgencia mientras muchos se preguntaban si no iría ahí el propio Carles Puigdemont. La escena, repetida hasta la saciedad en redes sociales como X se imaginaba al gerundense disfrazado del Joker de Heath Ledger en «El caballero oscuro», que a su vez se disfraza en la película de enfermera para poder atentar contra la vida de Harvey Dent, el político llamado a cambiar para siempre Gotham y que luego cae en desgracia por puro rencor.

Pantomima o caos real, peligro democrático puro en cualquier caso, la fuga de Puigdemont también sacó a colación otro caso de escapismo, ya clásico moderno, del cine. Al agolparse miles de personas en el Arco del Triunfo, fueron muchos los que cayeron en la cuenta de que se repartieron máscaras con la cara del habitante más inesperado de Waterloo, al más puro estilo del final de la novela gráfica -y por supuesto de la película- «V de Vendetta». El cómic de Alan Moore e ilustrado por David Lloyd debutó en las librerías en 1980 y rápidamente se convirtió en un icono del descontento y el desapego con la política. Su estatus de culto, eso sí, solo se rompió gracias a la magistral interpretación de Hugo Weaving en la adaptación cinematográfica de 2006. ¿Salió Puigdemont por el metro?