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Karen Armstrong: «Las religiones se utilizan como chivo expiatorio»

La británica experta en creencias fue galardonada con el Princesa de Asturias de Ciencias Sociales.
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La británica experta en creencias fue galardonada con el Princesa de Asturias de Ciencias Sociales.
Dejó los hábitos porque la compasión esperada no apareció en siete años de reclusión. Así que intentó reconducir su carrera hacia un nuevo camino, el de la enseñanza, pero su destino ya estaba escrito y no salía de la religión. De aquella experiencia en la que buscaba «convertirme en una especie de santa para inspirar a la gente», recuerda– llegó un libro que no gustó en el mundo católico: «Me odian, me envían excrementos a casa», llegó a decir la pensadora. Hablaba de abusos. Enfrente le acusaban de hacer apología religiosa. Pero lo que se asentó entonces fue la base de la que hoy es considerada «la máxima autoridad en el estudio científico de las religiones abrahámicas»: Karen Armstrong (Wildmoor, Inglaterra, 1944). Así la define Amelia Valcárcel, la que fue hasta ayer su principal valedora en el jurado del Princesa de Asturias de Ciencias Sociales. Fecha desde la que la británica puede presumir de haber inscrito su nombre en el palmarés de dicho galardón por «su rigor científico y por tender puentes entre religiones», destacaba el comunicado.
–¿Están rotos hoy esos puentes?
–El problema actual no existe solo entre religiones, también tienen profundas raíces políticas, años de malos gobiernos, depravación, pobreza... Es importante reconocerlo. Hemos creado un mercado global y estamos profundamente interconectados, pero al mismo tiempo más divididos que nunca. Dependemos demasiado del otro y, al mismo tiempo, no podemos vivir juntos. Por eso estamos cayendo en peligrosos guetos. El brexit es una prueba de ello.
–Habla de esos «guetos nacionalistas, religiosos y culturales» en sus teorías.
–Vivimos un tiempo complicado porque negamos la realidad de una situación política a nivel global y derivamos a guetos nacionalistas.
–Siendo las religiones una de las causas que más conflictos han abierto a lo largo de la historia, ¿hay un entendimiento posible?
–Nunca se va a una guerra por una única razón. Siempre hay múltiples factores involucrados. El terrorismo, cualquiera que sea su ideología, siempre hereda un argumento político. Se trata de cambiar el poder, retar al «statu quo», forzar a un gobierno... Respecto a la religión, se utiliza como chivo expiatorio para no analizar desórdenes políticos, humillaciones, razones económicas... No podemos decir que todo lo que está pasando es por religión porque no es exacto y no podemos permitirnos no ser rigurosos, es demasiado peligroso. Un antiguo agente de la CIA entrevistó a 500 personas en Guantánamo que habían estado involucradas con el 11-S y encontró que solo el 20% tenían un «background» musulmán... Se concluyó que el problema no era el Islam, sino la ignorancia de éste. Lo que causa los problemas es la mezcla de política, religión e insatisfacción.
–¿Qué nos da el estudio de las religiones para entender el hoy?
–Muchos de ellos demuestran que los hombres que se unen a la yihad no eran religiosos, sino que habían sido testigos de un sufrimiento ante el que entendían que nadie hacía nada. En el atentado de «Charlie Hebdo» uno de los detenidos apenas podía señalar las diferencias entre islamismo y cristianismo.
–¿Por qué cuesta mirar de igual a igual a otra religión? En teoría los textos sagrados hablan de entendimiento y amor al diferente.
–La teoría de la naturaleza humana es que tenemos sueños sobre igualdad, justicia, paz y amor. Y muy raramente, incluso en nuestra vida personal logramos completar esto.
–¿Después de tantos años de estudios, ha encontrado una religión suprema? ¿Quizá con elementos de unas y otras?
–No veo que una en concreto sea superior a las otras. Cada una tiene su particular genialidad. Como la naturaleza humana, nunca logran la perfección.
–Internet, que ya sabemos como es, dice que su religión es «el estudio de las religiones», ¿es así?
–No tengo ninguna, mi espiritualidad proviene del estudio de religiones. Lo veo como una forma de arte, como música o danza. Hemos creado la religión para dar sentido a la vida.
–¿Qué le hizo colgar los hábitos?
–No fue una experiencia feliz. Cuando dejé el convento en 1969 supe que no iba a ser una buena monja y me prometí que no quería tener relación con la religión nunca más y... No estoy en contra del catolicismo, pero no quería que practicarlo me excluyera de estudiar otras religiones. Creo que si me uniera de nuevo a la Iglesia Católica les gustaría que dijera que es la mejor, y no puedo decir eso. Cada una tiene su particular belleza. Respecto al Papa Francisco, me gusta mucho. Está respondiendo a las necesidades de nuestro tiempo. En lugar de escribir complejas teorías, actúa. Así es el cristianismo. En un mundo tan visual está dejando imágenes que valen más que mil sermones. Teniendo en cuenta las palabras de Jesús, lo anterior era un sinsentido.