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Una detective a lo Katherine Hepburn

En «Un misterio de altos vuelos» Kerry Greenwood vuelve a poner en juego a su emblemática protagonista.
larazon

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En «Un misterio de altos vuelos» Kerry Greenwood vuelve a poner en juego a su emblemática protagonista.
Tras la traducción de la primera novela de la detective australiana Phryne Fisher, «flapper» sexualmente liberada y pionera de la emancipación femenina, Kerry Greenwood vuelve con «Un misterio de altos vuelos». Son ya veinte títulos los aparecidos en Australia, además de una exitosa serie de televisión que muchos lectores consideran muy superior a las novelas de los «Misterios de Phryne Fisher». Las aventuras de esta dinámica «detective de los años 20» se leen con agrado si el lector no pide una intriga policiaca compleja. A cambio, la escritora le ruega al lector que se abandone a la liviandad de la narración, a su desprejuiciado toque femenino y su sofisticado sentido del humor. La autora no oculta su admiración por «Los caballeros las prefieren rubias», de Anita Loos y el disparatado personaje de Patrick Dennis «Tia Mame», modelos de su detective.
Como ellas, Phryne Fisher es una mujer «moderna» surgida de una película muda del serial «Perla Blanca en apuros» («Los peligros de Paulina»), famosa actriz que personificó a la mujer aventurera, que pilotaba aeroplanos, conducía coches, montaba a caballo y sobrevivía a arenas movedizas con gran soltura. Sus múltiples apuros los resolvía ella misma con ingenio en el último minuto.
Feminista y sofisticada
Ese es el tipo de mujer de los «locos años veinte» que representa Phryne Fisher, una especie de Katherina Hepburn, amante de Howard Hughes, que jugaba al tenis, adoraba pilotar avionetas y no comulgaba con las convenciones burguesas de su época y clase social. Greenwood es una escritora consciente de sus limitaciones. Ha creado el personaje de una detective feminista y sofisticada muy atractivo, cuyas aventuras destacan por su estilo humorístico. Sin otra intención que entretener al lector con las genialidades de la detective, su individualismo y particular forma de ver el mundo desde una perspectiva feminista y liberal. A su lado, los personajes que le secundan parecen marcianos perdidos en un mundo sin conciencia de sí mismos, anclados en el tiempo, mientras que Phryne Fisher parece haber vuelto del futuro para traerles la buena nueva de la mujer moderna. Lo más atractivo de los «Misterios de Phryne Fisher» es la naturalidad con la que se mueve su protagonista en un universo literario creado a su medida, con el guiño cómplice de la autora al lector: todo es literatura. El resto es puro atrezo de época, tan posmoderno como un telón pintado que no oculta su falsedad.