Magalí Etchebarne: "Ya era un premio quedar finalista" del Narrativa Breve Ribera del Duero
La escritora acaba de ganar el Premio Ribera del Duero de literatura por sus relatos “La vida por delante”, hablamos con ella sobre el libro y otros de sus proyectos.
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Sentada en un sofá naranja y con un café en la mano, Magalí Etchebarne sonríe emocionada. La escritora dice que se sorprendió al ganar con “La vida por delante” el Premio Internacional Ribera del Duero al "mejor libro de cuentos inéditos escritos en lengua castellana".
Junto a ella, las otras candidatas al premio eran Katya Adaui, Dahlia de la Cerda, Nuria Labari y Fernanda Trías . Etchebarne asegura estar en estado de “shock”, sobre todo tras ser nominada con “autoras tan relevantes como ellas” a las que tanto admira. Para la argentina “ya era un premio quedar finalista”.
Esta es la VIII edición de los premios, denominados como los más relevantes del relato en lengua española a nivel global. “La vida por delante” será publicado el 8 de mayo por la Editorial Páginas de Espuma en España y Latinoamérica. Premios Ribera del Duero afirman en su página web que este certamen es "un trampolín para darse a conocer entre lectores de todo el mundo".
"La vida por delante" cuenta cuatro historias, en las que a través de protagonistas como dos hermanas, una pareja o dos amigas, la autora trata temas tan propios de la vida como son la muerte, la pérdida, el dolor, la madurez o el desamor.
La argentina asegura que ha encontrado “la manera de suavizar estos temas y de que los personajes desviaran la atención hacia otras cosas”. “Como un poco en la vida”, continúa “en medio de la tragedia encontramos la manera de tomar aire y encontrar personas o situaciones que nos quiten un poco de la oscuridad”.
No es la primera vez que Etchebarne utiliza estos temas en sus obras, pues en su libro “Los mejores días” (2017) ya escribía sobre la demencia, el amor… con relatos "lo suficientemente relacionados para que hablen de una familia pero también con sus diferencias para que cada uno se pudiera leer con total independencia del resto".
A propósito de la pregunta de por qué decidió nombrarlo “La vida por delante”, la autora explica que “antes era el título del segundo cuento” pero al final acabó siendo el que dio nombre a todo el libro. Esta frase, “es algo que le dice un personaje a otro con una voluntad de llenarle de alivio y esperanza, de decirle esto va a pasar, tenés toda la vida por delante”.
La argentina dice que los personajes de sus libros "son un poco Frankenstein de personas que conocí". Un ejemplo de ello, es el personaje de "la madre" en una de sus historias, que "no tiene que ver con mi madre real, pero quizás sí hay detalles, cositas que robé de mi propia madre pero también de madres de amigas, de abuelas, de historias que escuché. Es una madre Frankenstein".
“En general en todos los cuentos, los personajes, digamos que, no como voluntad, quizás sin poder hacer otra cosa, están demorados en el dolor. Quizás esta idea de salir, de dejar eso atrás, de tener la vida por delante está un poco más en cuestión” dice la escritora.
Además de relatos cortos la argentina tiene un poemario: “Cómo cocina un lobo” (2023). En él, la perdida y el duelo son los protagonistas. La autora explica haberlo escrito por “tres eventos de mi vida personal, por un lado, la muerte de mi padre, después, la muerte de mi madre por un proceso de enfermedad y también cuando nos enfrentamos a la tarea de vaciar la casa de ellos”.
El escribir estos poemas le sirvieron a la autora como “inventario de lo que percibimos que estábamos perdiendo para siempre, quería como en algún lugar retener lo que se iba”. Habla de lo que significa para ella haber escrito poesía, “me permitió ser más transparente”.