Siniestro Total se despiden: “Somos la banda de rock que vino a acabar con el rock”
El grupo presenta su concierto de despedida en el WiZink Center de Madrid el 6 de mayo, en el que celebrarán 40 años de carrera
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“El dia 6 de mayo, caerá un asteroide en la Tierra. Está confirmado por la NASA. Ojalá que nos de tiempo a tomar algo”, dijo Julián Hernández, cantante y líder de Siniestro Total sobre la fecha que será la última del grupo sobre un escenario. El grupo tenía reservada la noche del 6 de mayo en el WiZink Center para celebrar su 40 aniversario, pero debido a los dos años de pandemia las inercias del grupo se han resentido y ya no se ven con fuerzas para seguir en las giras. Así que, además de su cumpleaños, celebrarán su funeral, aunque el cantante dejó la puerta abierta a proyectos en solitario y a seguir escribiendo y publicando canciones bajo el nombre de una de las bandas que ha escrito un capítulo de la historia de la música en España. Y aún están a tiempo de cumplir con su último reto, el del nombre de la gira, “40 años sin pisar la Audiencia Nacional”. “Creo que vamos a ir a autoinculparnos de algo”, anunció el vocalista.
“Somos una banda atípica -reconoció Hernández-. Somos el grupo de rock que nació para acabar con el rock. Somos unos topos. Y bueno, dejaremos un retén de vigilancia porque el rock es mala hierba y parece que aún respira”. De su faceta más destructiva da buena cuenta que, en estas cuatro décadas de trayectoria “no hemos aprendido absolutamente nada”. “Fuimos desaprendiendo”, dijo a su lado Miguel Costas, miembro fundador del grupo junto a Germán Coppini y el propio Hernández, que abandonó en 1994, y que ha vuelto a ser reclutado para la noche de despedida: “Yo sigo sin saber tocar algunas canciones que ya no sabía tocar entonces”, bromeó. “Tuvimos contactos para el aniversario y se habló de hacer una noche todos y ya se decidió después que fuera el último concierto”.
La banda que ha compuesto himnos satíricos como “Pueblos del mundo, extinguíos”, “Todo por la napia”, “Alégrame el día” o “Ayatollah” (y oficiosos, como “Miña Terra Galega”) bailará sobre su propia tumba pero pidió que todo el mundo evite las lágrimas. “En Vigo no decimos ‘‘a llorar a la llorería’', decimos ‘‘a llorar, a Cangas’'. No me pregunten por qué. Pero esto no es una separación. Es solo que dejamos las giras. Hay algo que es muy importante, saber retirarse a tiempo. A Induráin, que había ganado cinco Tours, no le dejaron, sucumbió a la presión popular y fue un error. Nosotros resistiremos a la presión de las fans al borde de la lipotimia”, añadió. “Dejamos la puerta abierta a seguir haciendo discos. Podemos mentir, pero tendrán que creernos. No podemos demostrarlo, pero así será”. Por eso solo será una noche, no una gira: “Si decidimos dejar esto para no estar en la furgoneta todo el día, sería una contradicción despedirnos de gira”.
Acerca de una hipotética visita a la Audiencia Nacional, el cantante y letrista señaló que jamás han sentido alguna amenaza por el contenido de sus letras por parte de algún colectivo ofendido. Alguna vez por una declaración en una entrevista que aludía a Payasos Sin Fronteras. “Y recuerdo que, en Tordesillas, cuando estaba el ambiente un poco caldeado por los toros, nos pidieron no tocar ‘’Alégrame el día’' porque podía herir sensibilidades. Y no pensábamos tocarla, pero cuando nos los dijeron, decidimos hacerlo. Y no pasó nada”. Para el líder del grupo, “es absurdo que los tribunales españoles, que tienen mucho trabajo, se dediquen a juzgar a César Strawberry en las mismas salas que a Bárcenas”. También denunció que en la actualidad el contenido de las letras sea visto como una amenaza. “Se puede hacer y decir lo que se quiera en una película, un cómic o una serie de televisión. Puedes pintar a Carrero Blanco volando vestido de flamenca y no pasa nada. Pero en una canción, no”.
Después de 40 años siguen sin poder responder a las preguntas primigenias: ¿Quiénes somos? ¿de dónde venimos? ¿a dónde vamos?. “Somos un grupo de rock, venimos del Misisipi, de donde unos tipos como Robert Johnson empezaron y vamos directos al desastre”. La banda decidió no tocar en pandemia “porque conocemos a nuestro público. Habría sido un desastre en el que habrían volado las sillas y las mesas y por eso decidimos no hacer nada. Nos dedicamos a sobrevivir, como todo el mundo”, comentó Hernández.
El grupo maneja “una horquilla de entre 40 y 50 canciones para tocarlas esa noche. Trataremos de atender a todas las sensibilidades de nuestros seguidores. Los Rolling Stones tocan unas 20 por noche, así que lo nuestro será generosidad sin límites”. Y habrá algo que no se puedan quitar de la cabeza: “Tenemos una sensación de vértigo muy muy fuerte. 40 años ya parece una cifra absolutamente insoportable”, dijo Hernández.