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Viva Suecia, o el mayor acto musical de libertad

Publican «El amor de la clase que sea», álbum ambicioso con el que se sitúan «en el mejor momento de nuestra carrera»
Desde la izda., los componentes de Viva Suecia: Jess Fabric, Fernando Campillo, Rafa Val y Alberto Cantúa
Universal

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Cuando el mundo aprieta, nos pone a prueba o cuando parece que pesa más de la cuenta, la música funciona como estabilizador y punto de agarre. En las canciones nos vemos representados, y con ellas, en su faceta más libre, sobrevivimos. Así lo entiende Viva Suecia, grupo al que el mundo ha apretado sin llegar a asfixiar, pero ante lo que han respondido con esfuerzo. Y su reacción no ha sido la evasión, sino el trabajo, hasta poder decir con la cabeza bien alta que «estamos en el mejor momento de nuestra carrera, el más dulce». Rafa Val (voz), Jess Fabric (bajo), Fernando Campillo (batería) y Alberto Cantúa (guitarra) han superado un momento difícil a través del trabajo y, por supuesto, la música, con la publicación de su nuevo disco «El amor de la clase que sea». Once canciones que representan «todo el apoyo que hemos recibido en estos dos años terribles. La gira de nuestro disco más exitoso se cortó, nos quedamos sin trabajo, salimos de la discográfica anterior –Subterfuge, ahora trabajan con Universal– de una manera no muy amigable... Y nuestros amigos, familia, el público o la guitarra nos sacaron del pozo, de diferentes maneras pero con el amor en común», explica Val. Un resurgir de las cenizas que, principalmente, continúa el cantante, ha repercutido de manera positiva «en nuestra calidad de vida a nivel personal».
Más que una reinvención, Viva Suecia ha experimentado «una liberación», explica Fabric, «hemos tenido más recursos, más tiempo, más soporte vital y profesional, y eso nos ha llevado a hacer lo que nos diera la gana». «Sin ningún tipo de prejuicio ni barrera, seguimos siendo nosotros», asegura Cantúa, mientras que Val consolida la idea: «Decía Calamaro en ‘’La Libertad’' que “todos estamos buscando lo mismo, no sabemos qué es ni dónde está”. Libertad es una palabra muy fácil de decir, pero para cada uno es algo muy distinto. Para Viva Suecia, poder hacer este álbum ha sido el acto más grande de libertad que hemos hecho nunca».

Un «auto regalo»

«El amor de la clase que sea» está compuesto por canciones que, siendo adelantos, ya conquistaron a sus seguidores, como «El Bien» o «Justo cuando el mundo apriete». Para esta última, además, contaron con la colaboración de Leiva, y «fue maravilloso. También trabajamos con Dani Fernández –en “Lo siento”–, y fue increíble. Él lo es como persona, como cantante y como medallista olímpico también lo sería», explica Val. Y, como plato fuerte, la tercera colaboración vino de la mano de una de las voces femeninas más potentes, consolidadas y valiosas de nuestro país: Luz Casal, en el tema «La parte difícil». «No me imagino a ningún músico de este planeta que no quiera colaborar con ella. Es la gran guinda del álbum, un regalo que nos hemos hecho a nosotros y que espero que la gente lo sienta como tal. Es un referente a nivel musical y un modelo de tantísimas cosas, una mujer valiente, un estandarte y un ejemplo de educación», añade el cantante.
Viva Suecia, por tanto, está sintiendo esa mágica libertad que emana de saber que se ha hecho bien el trabajo. Todo ello, teniendo en cuenta reacciones, pero sin que supongan un problema. «Las redes sociales afectan, tener tantas opiniones inmediatas en tu bolsillo es una cosa que hay que saber gestionar, y no es fácil», opina Val, a lo que Cantúa añade que «hay que saber que están ahí, que son importantes porque es un hilo directo de comunicación, pero también hay que relativizar». No obstante, la conexión que más les interesa a la hora de hacer música es la que se hace cara a cara, la que se puede apreciar con los propios ojos y oídos: «Somos una banda de directo –zanja el cantante–, esta va a ser la gira con conciertos más largos que hemos hecho nunca. Vamos a llevar el montaje más artístico que hayamos llevado nunca, más meditado y acorde con el momento de la banda». «Queremos llegar a cuanta más gente mejor, convencer en el directo. Nuestra responsabilidad es que quienes hayan comprado entradas alucinen», añade Cantúa. Una libertad musical, por tanto, sin más límites que los que impone el propio tiempo. «La primera premisa es que nos flipe el disco. Y no sacamos ningún álbum hasta que estamos completamente convencidos de que lo hemos trabajado y depurado como merece», concluye Val.

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