Alejandro Sanz: "Todavía no he escrito la mejor canción del mundo"
Saca «El Disco» –ya va por el 11– una dedicatoria a ese «objeto» que dice está «en peligro de extinción». Dice que «nunca» haría eso de dedicarse a la política.
Saca «El Disco» –ya va por el 11– una dedicatoria a ese «objeto» que dice está «en peligro de extinción». Dice que «nunca» haría eso de dedicarse a la política.
Vuelve con fuerza tras una neumonía que le obligó a aplazar la promoción de «El Disco». Mezcla lo intimista, cortes luminosos y fusión latina, con las ganas tocar de nuevo la vida de quien lo escucha. La persona traspasa incluso al cantante de éxito que se llega a emocionar cuando le cuentan una «anécdota» sentimental que coincide con el 11, el número de su disco.
Da mucho valor al tiempo y dice que si éste cotizara en bolsa «se saldría por arriba».
–¿Qué estaba pensando cuando decidió dedicarse a la música?
–Estaba estudiando administración. No fue algo premeditado. Mi padre me regaló una raqueta de tenis y yo me puse delante del espejo como si estuviera tocando la guitarra. Lo viví desde muy pequeño en mi casa. Así que en algún momento agarré una guitarra, ella me agarró a mí y ya nunca más nos soltamos.
–¿Cuál es su plan secreto?
–Sobre todo ser feliz, esa es la mayor de las conquistas que se pueden lograr e intentar que tu tiempo valga la pena. Si puedes dejar una huella donde se puedan plantar flores, mejor.
–¿Y el plan que aún no le ha salido?
–Me han salido bastantes... Todavía no he escrito la mejor canción del mundo.
-¿Ya tiene título?
-Ya tiene título, me gusta...
–¿Por qué pone al disco, «El Disco»?
–Porque todo el mundo me preguntaba ¿para cuándo el disco?, ¿qué tal el disco?... Creo que es un objeto en peligro de extinción.
– «Mi persona favorita». Dice que se la dedica a su hija Alma. ¿Qué le dijo?
–Le encantó, se puso súper emotiva a escucharla. A los niños les gusta más los temas un poco más rítmicos como «Capitán tapón». Creo que cuando tenga más de edad me lo agradecerá.
–¿Cómo les explica a qué se dedica?
– No se lo explico, se van enterando poco a poco. A veces me ven en televisión y preguntan. “¿Cómo hace papá para entrar ahí?” “Si papá está aquí, ¿cómo puede estar ahí?” Intento explicárselo, pero no es fácil.
-¿Qué pensaría el niño que fue del Alejandro Sanz que es ahora?
-¡Joe, qué tío! Creo que le gustaría ver dónde está ahora. A veces me lo pregunto.
-Ha mezclado muchos estilos. ¿Se está reinventando?
-No... Acuérdate de que hago muchos estilos diferentes desde que hice “La tortura” con Shakira hace ya unos cuántos años, e hice el disco de “No es lo mismo” que tenía muchas mezclas también de música urbana que no es el reggaeton, sino el rap, hip hop que es muy interesante; la música de la cultura real. Nunca he tenido miedo a la música, se llame como se llame. Es parte de mi trabajo.
–¿Mejor tiritas para el corazón partío o después de tantos años hay que utilizar aguja e hilo?
–¿Sabes que me querían demandar los de tiritas porque decían que era una marca? Y yo: «No, ¡eso ya no es una marca!». Hay un momento que ya son cicatrices y esas ya no se vuelven a abrir.
–¿Con qué o con quién le gustaría hacer un trato?
-De hecho, aunque no quiera ya lo tenemos hecho, un trato con la vida. Parece ser que todos nos vamos a morir un día, pero hasta que ese día llegue, vamos a vivir.
-La gente cree que usted lo tiene todo, y compone una canción titulada “No tengo nada”. ¿En qué quedamos?
-En que tener cosas no significa tener nada. Al final lo único que tenemos nuestro y que nos pertenece es el tiempo. Lo demás, creemos que poseemos cosas, pero no. De lo que habla ahí es de la importancia del tiempo y lo que hagas con el tiempo que tienes.
-Cuando uno es un cantante de éxito, ¿qué tal lleva las críticas?
-Sí, hay gente que critica. Depende de cómo sean las críticas. Tiendo a no leer casi nada de lo que escriben. Tenemos la tendencia de que afecta más lo malo que lo bueno. Y eso pasa en las redes sociales. Te escriben 200 mensajes y uno malo es el que te afecta. No es justo, porque 199 te dicen algo bonito y tú le prestas atención a lo malo. Normalmente depende de qué medio sea puedo llegar a leer una crítica, porque me puede llegar a servir. Pero creo que las críticas musicales no son nunca bien intencionadas, siempre hay un trasfondo o un desconocimiento. Lo peor es cuando hay una ignorancia musical y sobre ello se quiere construir un relato literario.
–¿No le habrán tentado para la política?
–Hace tiempo me preguntó alguien si no me dedicaría a la política. Tardé un segundo en contestar y me dijeron: «¡Eso es que sí!» Y digo, no, nunca me haría eso...
–Si le llaman para ser ministro, ¿cuál elegiría?
–Elegiría el de Cultura, algo que sea coherente.
–¿Entonces se atreve?
–Nooo, ¡no me líes!
–¿A quién le recomendaría que pisara fuerte?
–Al próximo que vaya a ser presidente de este país.
-¿Le ha pedido algún consejo algún político?
-No suelo juntarme con políticos.
- Dele usted uno a ellos...
-Que deberían más hablar a la gente y menos entre ellos, son muy acusicas. Están todo el rato diciendo lo malo que son los otros y no dicen lo que van a hacer ellos y a la gente le interesa más lo que van a hacer ellos que decir lo malo que son los demás.
-¿Política y música tienen algo que ver?
-Se supone que las dos tendrían que hacernos sentir mejor. Una de las dos lo está cumpliendo... Ahí lo dejo.
-¿A quién le cantaría un Son?
-A todo el que le gusta Cádiz y le gusta La Habana.
-¿Qué le preguntaría Alejandro Sanz a Alejandro Sanz?
-Quién era tu estilista en los 80!!
-¿Y quién era?
-Yo, lo que quiere decir que era un desastre. Yo ahora me veo en las fotos del pasado y digo: “Guauuu, tío. ¿Dónde estaba tu pudor? Porque era tímido en realidad y no comprendo cómo compaginaba el tímido con el traje a rayas.
-¿Nos hemos olvidado ya de Venezuela?
-No, nunca, yo no me voy a olvidar de Venezuela, es inolvidable.