Conciertos

No solo de música vive Santi Balmes

El cantante de Love of Lesbian presenta «Canción de Bruma», una selección de setenta poemas que muestran una visión introspectiva del mundo que le rodea.

No solo de música vive Santi Balmes
No solo de música vive Santi Balmeslarazon

El cantante de Love of Lesbian presenta «Canción de Bruma», una selección de setenta poemas que muestran una visión introspectiva del mundo que le rodea.

Santi Balmes, vocalista de Love of Lesbian, tiene una mente en continua ebullición. «Escribir lleva a escribir», responde cuando es preguntado por su actividad frenética, desde que en marzo del año pasado saliese al mercado su último disco, «El Poeta Halley». En medio de su gira de conciertos, el cantante ha encontrado un oasis en la publicación de «Canción de Bruma», setenta poemas de diferente extensión en los que descubre su lado más personal. «El libro es muy introspectivo y surge a partir del silencio después de un concierto», asegura.

«Canción de Bruma» (Principal de los Libros) no es la primera incursión del cantante en el terreno de la literatura. Sus otras tres publicaciones, «Yo mataré monstruos por ti», «¿Por qué me comprasteis un walkie-talkie si era hijo único?» y «La doble vida de las hadas», un cuento infantil, una novela y un libro de relatos respectivamente, fueron bien acogidos por un público que, con el paso de los años, se ha convertido en incondicional. Balmes se muestra muy agradecido, pues significa que «valoran tus letras», pero no oculta que «el sueño húmedo» es que alguien descubra su música a través de otro ámbito.

En este caso el cantante de Love of Lesbian se adentra en un género inexplorado para él y sigue la senda que en su momento iniciaron con éxito otros cantautores. A los músicos la literatura les permite explorar territorios nuevos, que se alejan de los estándares de una canción pop. «En un libro puedo explayarme mucho más, puedo tirar muchísimo más del hilo, de cosas que en otras canciones me hubiera gustado exprimir», afirma Balmes. De hecho, «Canción de bruma» nace a raíz de la «obligación moral» de continuar el hilo que iniciaron con la canción homónima, que forma parte de su último disco.

Versión más oscura

Profundizando en «Bruma», concepto con el que Balmes hace referencia a su mundo interior y del que él se declara como «equilibrista», vemos a un Santi Balmes desconocido, lleno de deseos pero también de miedos, una versión mucho más oscura de lo que sus letras normalmente dejan entrever. «La gente se va a llevar una sensación un poco errónea de lo que llego a ser. De alguna manera hay estados psíquicos que te inducen mucho más a escribir. Una situación de mal rollo de 20 segundos me da para escribir quince páginas. Tres días de felicidad absoluta, ninguna», reconoce.

El poemario, concebido como el segundo vértice de un triángulo que comenzó con el disco ya mencionado y que finalizará con su próxima novela, «El hambre invisible», donde se explicarán más claramente los personajes que habitan en esta bruma interior, muestra unas obsesiones bastante marcadas, pero, sobre todo, es un homenaje al mundo de la palabra y al oficio de crear, llevado a su máxima expresión en «Palabrera», composición que, recitada por Joan Manuel Serrat, también formó parte de la canción «El Poeta Halley».

La crítica también está presente y de una manera manifiesta. A pesar de declararse apátrida en el poema «Diálogos de un hemisferio con un córtex cerebral» –«Mi nación son las personas que quiero, y mis recuerdos, asegura» – uno de los poemas más extensos, titulado «España, dulce ratonera», es una descripción demoledora de la política española y, en general, de nuestra forma de ser y de pensar. «No es una crítica, es una autocrítica, porque de lo que critico, adolezco», matiza.

Sea como fuere, el rumbo que ha tomado la política en España está lejos de satisfacer las expectativas del cantante, que se siente engañado: «A mí lo que me fastidia de este país es esa auténtica incapacidad para escuchar una posición contraria a tus ideas. Somos un país de ideas preconcebidas», afirma.

En línea con lo que expresa en su canción «Mal español», Balmes se define como «mal español, mal catalán y seguramente mala persona». Una versión irrisible de la vida que tiene su origen en los tiempos, no tan lejanos, en los que él y su grupo eran prácticamente anónimos. «Venimos de cuando no nos llamaba nadie, y eso es muy jodido», asegura. Por ello, no duda en aceptar todo tipo de proyectos. Su futuro más próximo presenta una canción para una banda sonora y una novela, y acaba de publicar tres nuevos temas. Su hambre invisible se ha vuelto insaciable.