Olga Peretyatko, cuando la moda manda
La soprano rusa Olga Peretyatko que es ya, con 46 años, una rossiniana de culto, llegó al XXX Ciclo de Lied del CNDM y el Teatro de la Zarzuela
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Obras de R. Schuman, C. Schumann, Brahms, Aliábiev, Chopin y P. Viardot. Teatro de la Zarzuela, 16 de octubre de 2023.
La soprano rusa Olga Peretyatko que es ya, con 46 años, una rossiniana de culto, llegó al XXX Ciclo de Lied del CNDM y el Teatro de la Zarzuela. La soprano ya ha debutado en sitios tan importantes como el Festival Rossini de Pésaro, en aquellas funciones para jóvenes del Il Viaggio a Reims, a las que siguió el personaje de Desdémona en el Otello de Rossini en el mismo festival al año siguiente. la Deutsche Oper de Berlín, Wiener Staatsoper, Zürich Opera House, Teatro alla Scala de Milán, Metropolitan Opera House, Teatro Regio, La Monnaine, el Teatro Real, con la Gilda de “Rigoletto” o el Gran Teatre del Liceu en 2010, cuando ofreció una destacada interpretación de la parte de Blondine en “El Rapto del Serrallo”. En 2007 fue La Voz del Cielo en el Palau de les Arts.
La voz es agradable, resuelve bien las agilidades, sube fácilmente a
las notas altas y es desenvuelta en escena. Originalmente se formó como mezzo, ya que la octava inferior era sorprendentemente completa y segura para alguien que cantaba tantas partes altas. Destaca dentro del repertorio de lírico-ligera gracias a su registro agudo, una voz de notable volumen y belleza que unidas a sus grandes cualidades interpretativas la han convertido por méritos propios en una de las grandes estrellas de la lírica mundial. Su instrumento refleja homogeneidad en todos los registros abordando con facilidad los distintos pasos, dando como resultado una voz plena en todas y cada una de las notas que aborda. Vibrantes graves y magníficos agudos, con una llamativa coloratura, exquisito gusto interpretativo y cuidada afinación, además de un envidiable fiato, excelente proyección y una carismática puesta en escena. Este es el resumen, ahora bien, una cosa es el mundo de la ópera y otra el del lied, como bien saben artistas como Plácido Domingo, que apenas ha cantado lied.
Estuvo acompañada al piano por Semjon Skigin con un programa centrado a revindicar la obra de dos compositoras esenciales en la historia de la música, Clara Schumann y Pauline Viardot, artistas eclipsadas durante años por la figura de su marido y su padre respectivamente. Clara Schumann fue una gran pianista e incluso una compositora con talento, demostrado en lied como” Ich stand in dunklen Träumen”. Pauline García Viardot, hija del tenor Manuel García y hermana de la diva María Malibrán, fue una mezzosoprano y compositora de piezas de indudable atractivo como “Hai Luli!” o “Povera me”. El programa se completó con otras partituras de de Brahms, Schumann y Alyabyev.
El mundo del lied no le da ocasión para mostrar todas esas cualidades y, además, se empeñó en seguir una moda iniciada, entre otras, por Joyce DiDonato, consistente en intercalar explicaciones sobre momentos de la vida de las dos protagonistas de la velada, con lo que se pierde continuidad, especialmente cuando, a pesar de que se agradezca el esfuerzo, el castellano no resulta perfecto y no siempre se sigue. Para esto, mejor un locutor especializado como en otras ocasiones. Por lo demás, resultó curioso que el momento más aplaudido por el público fuese el mismo al que se refirió en uno de sus parlatos sobre Viardot, cuando reconoció que en una de sus veladas fue una canción rusa, cantada en ruso, la más ovacionada. Em ste caso “El ruiseñor” de Alexandet Aliábiev. Terminó con la “Casta diva” de “Norma”, una obra cumbre en la carrera de Viardot como ella misma contó. Lástima que nosotros tengamos los recuerdos de Montserrat Caballé, años luz superiores. Gonzalo Alonso