Palacio Real

Una lección de «Amor»

Michael Haneke, en Los Ángeles, habló de su película, interpretada por Jean-Louis Trintignant y Emmanuelle Riva
Michael Haneke, en Los Ángeles, habló de su película, interpretada por Jean-Louis Trintignant y Emmanuelle Rivalarazon

El maestro que imparte la clase a que se refiere el titular es Michael Haneke, claro está. Aterrizó en enero en el Teatro Real y se encerró, literalmente, en sus cuatro paredes (bastantes más, teniendo en cuenta los mil vericuetos del edificio, pasillos, salas y escaleras). Ensayó sin descanso mientras los Oscar le iban cercando. Haneke, en el fondo, sabía que «Amor» le iba a traer suerte. Discreto al máximo, el día que recibió la noticia de la nominación estaba en el coliseo.

Lo celebró a su manera, trabajando. Y se mostró feliz. Por unas horas desapareció, cuarenta y ocho, hora arriba, hora abajo. Haneke voló a Los Ángeles y recogió un Globo de Oro. Y regresó a Madrid. De vez en cuando mira por los ventanales inmensos y clava los ojos en el Palacio Real. El viernes, después del ensayo general de «Così fan tutte», el director de «La cinta blanca» puso rumbo a Estados Unidos de nuevo. El César, máximo galardón del cine galo, se rindió a sus pies y le coronó cuatro veces (director, película, actor y actriz). Antes de irse pidió al público, tras recibir la medalla del Círculo de Bellas Artes, que cruzara los dedos. Hoy espera templado la hora «H», el Oscar que, dicen quienes saben de cine del bueno, roza casi con las yemas delos dedos. Ayer, el primer teatro de ópera de España le aplaudía largamente. El patio de butacas estaba repleto de Prensa extranjera. Ni Disney (quizá el Quijote de Halffter y Wernicke hace trece años le hiciera sombra) consiguió una Torre de Babel similar. El jueves un avión le traerá de regreso a España. La función de «Così» es a las siete de la tarde. Allí estará. Y sin hacer ruido. Quién sabe si con un destello dorado en la mirada.