Francia

Catherine Deneuve desata la tormenta ultrafeminista

La carta publicada en «Le Monde» y que encabezaba la actriz ha desencadenado una verdadera tormenta en Francia que ha llegado hasta el estamento político

Una escena de «Belle de jour», rodada por Buñuel en 1967 y protagonizada por Catherine Deneuve
Una escena de «Belle de jour», rodada por Buñuel en 1967 y protagonizada por Catherine Deneuvelarazon

La carta publicada en «Le Monde» y que encabezaba la actriz ha desencadenado una verdadera tormenta en Francia que ha llegado hasta el estamento político.

La tribuna publicada el pasado martes en «Le Monde» por un centenar de intelectuales y artistas encabezadas por la actriz Catherine Deneuve y en la que se denunciaba el clima de «puritanismo» sexual y la «caza de brujas» surgidos a partir del caso Weinstein ha desatado una tormenta de reacciones en Francia y ha suscitado un debate alentado hora a hora por nuevas voces de diverso pelaje, desde intelectuales consagrados a celebrities de la farándula pasando por políticos o periodistas, que prometen una larga secuencia de réplicas y contrarréplicas en uno de los países donde la campaña viral #MeToo de denuncia del acoso sexual ha tenido más repercusiones con una versión nacional propia, «denuncia a tu cerdo», que ha impulsado a miles de francesas a denunciar sus casos en las últimas semanas.

Decenas de militantes representantes de un puñado de asociaciones y colectivos feministas han dado respuesta a Deneuve y compañía mediante un texto aparecido este miércoles en el portal de la radio televisión pública que califica de «desprecio al hecho de que miles de mujeres sufran este tipo de violencia sexual» a la tribuna aparecida en «Le Monde». «Cada vez que se avanza hacia la igualdad, aunque sea medio milímetro, aparecen almas buenas que nos advierten inmediatamente que podríamos caer en el exceso», afirman en su réplica las feministas que tachan a la mayoría de las firmantes de la tribuna aparecida la víspera como «reincidentes en materia de defensa de pedocriminales o de apología de la violación». Algunas de ellas han recordado un capítulo reciente: en marzo de 2017, la propia Deneuve generó una gran controversia al defender en televisión al director de cine Roman Polanski, acusado de haber violado a una menor hace más de 40 años en EE.UU. «Simplemente le han gustado siempre las chicas jovenes», espetó por entonces la actriz que calificó de «excesiva» la palabra violación aplicada al caso de Polanski.

Tocar la rodilla

Las reacciones también se han trasladado al campo político. La ministra de Igualdad, Marlène Schiappa, fue interpelada a través de twitter por la actriz italiana Asia Argento para que valorara la tribuna de Le Monde. «No conozco a ningún hombre que haya sido despedido por tocar la rodilla de una mujer como dice el texto», ha afirmado la ministra desmarcándose de la controvertida tribuna. Además, ha considerado lo «peligroso» de este tipo de discursos en tiempos en los que es «difícil hacer comprender a chicas jóvenes que si un hombre intenta frotarse contigo en el metro sin tu consentimiento es una agresión y que la pena puede ir hasta los 75.000 euros y los tres años de cárcel. Y tenemos dificultades para que comprendan que no tienen que sentir vergüenza por denunciar ni culpabilidad». La ministra entiende que textos como el de la víspera destruyen la toma de conciencia en ciertos públicos sensibles.

En otro tuit, su antecesora en el cargo, Laurence Rossignol, ha lamentado también la «extraña congoja de dejar de existir sin la mirada y el deseo de los hombres. Y que conduce a mujeres inteligentes a escribir enormes tonterías». Otra exministra socialista, Segolène Royal, ha apuntado directamente a la actriz icono del cine francés señalando que «es una pena que nuestra gran Catherine Deneuve se sume a ese texto desolador». Pero sin duda, una de las reacciones que más espacio ha ocupado en las redes sociales durante las últimas horas ha sido la de la periodista Sandra Muller, creadora del movimiento «denuncia a tu cerdo» en Francia. «Es un pena, es patético. Viene de otro siglo y de otra generación», ha dicho Muller que afirma que una de las armas más potentes de los «depredadores» y quienes los defienden es «pasar de la galantería a la insinuación y de ahí a la grosería y a la violencia sexual bajo el pretexto de ser parte de un juego de seducción». Algunos movimientos como «Osez le feminisme» han preferido llamar de nuevo a la toma de conciencia remitiendo a los tozudos datos como respuesta. “Una de cada seis mujeres en Francia será agredida o violada durante su vida». Aunque Deneuve sea la cara más conocida internacionalmente de las aproximadamente cien firmantes de la tribuna aparecida el martes, entre sus nombres, puede leerse el de alguna conocida antifeminista. Es el caso de la filósofa Peggy Sastre, autora del ensayo «La dominación masculina no existe» , o la escritora Abnousse Shalmani, que ha llegado a firmar otra columna donde describe al feminismo como un nuevo totalitarismo. Todas ellas han criticado, de forma más leve o más virulenta, los efectos de lo que califican como caza de brujas a partir de movimientos como «denuncia a tu cerdo». Las autoras aseguran que las denuncias registradas en las redes sociales se asimilan a «una campaña de delaciones y acusaciones públicas hacia individuos a los que no se deja la posibilidad de responder o de defenderse». También advierten el regreso de una «moral victoriana» oculta bajo «esta fiebre por enviar a los cerdos al matadero», que no beneficiaría la emancipación de las mujeres, sino que estaría al servicio «de los intereses de los enemigos de la libertad sexual, como los extremistas religiosos». Las denuncias por violencia sexual en Francia aumentaron en octubre pasado en un 30% respecto al año anterior, según datos de la gendarmería. Según una encuesta para el Defensor de los Derechos en Francia de 2014, una de cada cinco mujeres (20%) manifiesta haber sido víctima de acoso sexual en su trabajo. Y el problema está también fuera de la oficina.El Observatorio Nacional de la Delincuencia y las Respuestas Penales reveló que al menos 267.000 personas, «esencialmente mujeres», fueron víctimas de abusos sexuales de diverso grado en medios de transporte público entre 2014 y 2015.

¿Se podría rodar hoy «Belle de jour»?

La respuesta, a tenor de lo que estamos viviendo estos días parece meridiana: no. Si en su día a Luis Buñuel trataron de disuadirle de que no rodara una cinta basada en la adaptación de la novela de Joseph Kessel. A pesar de las voces en contra, el tozudo cineasta se salió con la suya y solo puso una condición: entera libertad para rodarla. Se la dieron, lo mismo que el León de Oro en Venecia en 1967. ¿Imaginan hoy las fantasías eróticas de Severine, casada con un médico y aburrida, incapaz de mantener relaciones sexuales con él, llevadas a la pantalla? ¿Son capaces de visualizar la doble vida de esta ama de casa, amante esposa de día y prostituta en una casa de citas por la tarde a donde su curiosidad la lleva a experimentar? Si en su estreno, mediados los sesenta, se criticó su violencia (los azotes que recibía Catherine Deneuve, en la imagen), actualmente sería bastante complicado estrenarla.