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Romeo Santos: «Cantaba en la iglesia para conseguir chicas»

El “rey de la bachata” presenta “Golden”, su nuevo disco, en el que colabora con Julio Iglesias en una canción dedicada a los atributos masculinos
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El “rey de la bachata” presenta “Golden”, su nuevo disco, en el que colabora con Julio Iglesias en una canción dedicada a los atributos masculinos
Tiene cara de bueno y sonrisa de golfo. Romeo Santos pasa por Madrid para promocionar su último disco, “Golden”, y lleva consigo el despliegue de las grandes estrellas. Es decir, una tropa de asistentes a su alrededor y una agenda endemoniada. Con Aventura, un cuarteto surgido del Bronx de Nueva York provocaron un terremoto en los países de sangre caliente y lengua cervantina y desde hace siete años, Anthony Romeo Santos vuela en solitario. Acaba de publicar “Golden”, un álbum que ya es número uno (chúpate esa, “Despacito”) y en el que su primer sencillo “Bella y sensual” -acompañado por Daddy Yankee y Nicky Jam- es la sensación de un estilo nacido del suburbio y subido de tono. Su gira mundial arranca en febrero y llegará a España en mayo (aún por concretarse).
Romeo Santos es un chico del Bronx que se vuelve un ídolo latino cantando en español desde Nueva York. ¿Cómo es su historia?
Comencé en la edad de 13 años, en el coro de la iglesia, por pasatiempo. Sin interés por cantar, porque siempre me gustó más la composición que otra cosa. Lo hice por conseguir chicas, que había algunas muy hermosas en aquel coro. Así fue como conocí a Lenny y Max cuando tenía 16 años de edad. Y esa es la vida, que es interesante porque ellos necesitaban cantante y nosotros músicos y nos conocimos y fue química “right the way” (es decir, instantánea). El resto es historia, como dicen. Desde entonces, llevo siete años de solista
¿Echa de menos el grupo?
Claro, fueron muchos años pero siempre nos mantenemos en comunicación. Somos hermanos del barrio.
¿Hasta dónde llega vuestra relación actual?
Ellos son hermanos, nosotros somos primos, todos somos Santos. Fue algo increíble.
¿Cómo nace Romeo?
La verdad que nunca me visualicé siendo solista pero a veces se dan las situaciones en que uno tiene que independizarse. Es algo bonito.
No tenéis problemas entre vosotros.
No, para nada.
¿Por qué la bachata, es algo que se escuchaba en casa?
En mi casa se escuchaba de todo, de Julio Iglesias a Camilo Sesto. Y yo el hip-hop. Salsa, merengue, de todo. Y yo cuando empiezo a componer a la edad de 13 años, me inclino hacia la bachata porque sabía que era algo original. En el sentido de que era rechazado, que la juventud no conectaba con ese tipo de música. Y no lo entendíamos, porque los acordes y las melodías eran hermosas. Y es cuando empiezo a entender que la música no es el problema, sino la representación, los intérpretes. Que cuando ves que el artista viste como tú y habla como tú, “this is us” (esto es nosotros), pues se da ese instante de aceptación, “es cool”. Eso fue lo que pasó con Aventura
¿Cree que el público se identificaba con ustedes y por eso triunfaron?
Bueno, eso y otros factores. Siempre he intentado que la gente se pueda indentificar con las canciones. Amor, desamor, relaciones sociales sexo, de todo.
¿Por qué la bachata estaba mal vista?
Porque surge en el mundo nocturno de prostitución y cabarets en los 70; música, como se decía antes, de campo. Y lo que escuchaban esto no tenían la mejor reputación. Le dieron mala imagen al género por dónde se consumía. Y en ese entonces podía ser normal. Pero cuando creas ilusión, sonidos, eso empieza a cambiar. Pero eso nos demoró unos años, que pudieran cambiar el concepto de reputación.
¿Fue un problema para Aventura?
Más que eso, un proceso. De acostumbrar a la gente.
¿Y hoy ha cambiado?
Sí, claro. No es tan diferente con el reguetón y aún hoy hay algunos a los que se les hace difícil aceptarlo que habla de amor y no de violencia. Las canciones más exitosas no hablan de violencia.
A Daddy Yankke la música le salvó de la calle. ¿Le ayudó a alejarse de problemas?
Yo era un chico muy tranquilo y para mí la música fue terapia, fue mi manera de desahogarme. En el escenario, la música me transforma en otra persona, un personaje. Cuando estaba en high-school no me atrevía a decirle nada, por tímido, pero en un escenario...
Se lo podía cantar
Y hablar, porque la música me sirvió, para ser otro tipo de persona más social y menos tímido.
En el disco se autoproclama el rey.
Sí, eso es una continuación de Aventura, donde decíamos que éramos los reyes.
Ahora, el rey en solitario.
Perfecto ejemplo. Yo no diría eso abajo de un escenario, pero arriba... Ese estilo de promocionarte, como diversión, no es nada personal, no me siento como un rey.
También dice que le sobra la fama. ¿Porque es incómoda o molesta?
No, es una forma de “set the tone” (marcar el tono). Es el inicio del disco y como las canciones son de amor y de desamor, es un poquito como alardeando. En plan soy el mejor, pero es diversión, nada más.
El disco se llama “Golden”, y no sé si es oro todo lo que reluce.
Bueno, lo llamé así porque ando buscando ese solo de guitarra que se siente especial y cambiábamos ideas y mi productor me dijo: ese es el “golden touch”. Es una frase popular que decimos los latinos que es como que es lo máximo, espectacular. Yo quiero que la gente sienta que éste es mi momento dorado, que son mis canciones más especiales. Algunos buscan los discos de grandes éxitos y yo quiero que la gente sienta algo así con este.
¿Cómo surge la colaboración con Juan Luis Guerra?
Tuve el honor de participar en uno de sus shows que tenía en 2011 en República Dominicana, y salí como sorpresa. Y fue una noche épica. Muy emocionante. Estaba loco por colaborar con él y le dije: “maestro, ya es hora”. Y aceptó colaborar con una canción de mi autoría. Fue muy emocionante.
También está Julio Iglesias.
Yo creo que es nuestro Frank Sinatra. Es un tipazo y siempre quise colaborar con él, y esto nace porque la disquera me invita a un disco de los clásicos de Julio y yo tenía miedo a eso y le propuse uno de los míos.
¿De qué habla la canción?
(Risas) ¿De qué crees? Tienen que escucharla, se llama “El amigo” y solo les digo que no es por un amigo en común.
Ni es imaginario
(Risas).