Scorsese vs. Dylan, a la segunda va la vencida
“Rolling thunder revue: A Bob Dylan story by Martin Scorsese” captura el espíritu problemático de América en 1975 y la exuberante música que Dylan realizó durante el otoño de ese año
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“Rolling thunder revue: A Bob Dylan story by Martin Scorsese” captura el espíritu problemático de América en 1975 y la exuberante música que Dylan realizó durante el otoño de ese año.
En el principio fue el comunicado de Netflix, que confirma la nueva película de Martin Scorsese sobre Bob Dylan: «“Rolling thunder revue: A Bob Dylan story by Martin Scorsese” captura el espíritu problemático de América en 1975 y la exuberante música que Dylan realizó durante el otoño de ese año.
Parte documental, parte concierto, parte sueño frebril, “Rolling thunder” será una experiencia única». Se trata de uno de los periodos más fascinantes de una carrera apabullante: aquella gira del 75/76, tras publicar el insuperable «Blood on the tracks» y el magnífico «Desire», respondía a un viejo empeño suyo. El de reunir a buenos amigos, viajar por todo el país con alma circense y montar unos espectáculos democráticos y caóticos, entre el concierto tradicional y el festival itinerante. A la empresa se unieron fenómenos como Mick Ronson y T Bone Burnett para formar una banda de primerísima categoría, y cómplices como Joan Baez, Roger McGuinn, Ramblin’ Jack Elliott y Joni Mitchell. Hubo dos «tours».
El primero, otoño del 75, más jubiloso; el segundo, primavera del 76, marcado por los conflictos maritales del jefe y el abuso de estupefacientes. La aventura engendró dos libros, «On the road with Bob Dylan», clásico de Larry Sloman, y el libreto de la propia gira, firmado por Sam Shepard. También una película, la larguísima, fascinante y fallida «Renaldo y Clara», rodada por Bob durante el periplo, protagonizada por todos los músicos y coescrita junto a Shepard: un híbrido de docudrama, teatro, «road movie», documental musical y más que Scorsese habría usado ahora como suplemento. La anterior vez que el autor de «Taxi driver» trabajó en un documental sobre el compositor de «Visions of Johanna» el resultado, «No direction home», fue monumental e insuficiente. Sí, el montaje es sublime.
Cierto, incluye una avalancha de material cosechado entre las legendarias actuaciones del 61 al 66. Tampoco faltan golosas entrevistas con pesos pesados como Allen Ginsberg, Paul Nelson, Suze Rotolo, Dave Van Ronk, Pete Seeger, Liam Clancy, Mitch Miller y el mismísimo Dylan. Pero el espectador curioso se queda con ganas de más. ¿Dónde están las drogas, esenciales para explicar tantas cosas, de la avalancha creativa al perfume de exceso y muerte que acompaña la gira del 66? ¿Dónde el sexo, las turbulencias sentimentales, los olímpicos ataques de bilis contra colegas menos agraciados? Con el tiempo supimos que el viejo Martin se limitó a supervisar el montaje.
El auténtico cerebro de la operación fue Jeff Rosen, el brillante mánager de Dylan. Ahora, dicen, las cosas serán distintas. Scorsese se ha implicado a fondo. Como complemento se anuncia un nuevo capítulo de las «Bootleg series». Las suculentas cajas que documentan todas las eras del genio. Absténgase los que odien el rock, el folk, el country, el blues, la poesía incandescente y el carisma a raudales. Los demás ya pueden ir salivando.