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“Los Puentes de Madison” o la valentía de amar

Nina y Gerónimo Rauch protagonizan en el Teatro EDP Gran Vía el musical basado en la exitosa novela de Robert James Waller llevada al cine por Clint Eastwood y Meryl Streep
Gonzalo Pérez MataLa Razón

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Una casa y un puente rojizo de listones de madera cruzados y techo abovedado, son los únicos testigos de la entrañable historia de amor de Robert, fotógrafo de la National Geographic y Francesca, un ama de casa pueblerina, casada y con dos hijos, que es sorprendida por la irrupción de un amor tardío de esos que llegan cuando ya casi nada se espera y coloca a la protagonista en un verdadero dilema. La novela de Robert James Waller, “Los puentes de Madison”, que escribió en solo once días, fue llevada al cine en 1995 por Clint Eastwood y Meryl Streep batiendo récords de espectadores. Posteriormente, en 2014, llegó el musical con partitura de Jason Robert Brown y libreto de Marsha Norma que obtuvo dos Premios Tony. Ahora se estrena en España, en el Teatro EDP Gran Vía de Madrid encabezado por Nina y Gerónimo Rauch, con la dirección artística de Alberto Negrin y la musical de Gerardo Gardelin.
“Cuando tienes cierta edad y has tenido el privilegio de poder estar en muchas producciones te preguntas qué más va a traerte la vida, porque tampoco hay tantos papeles donde podamos participar teniendo un peso protagonista como hasta ahora, y que de repente se te cruce esta joya es un regalo lo mires por donde lo mires”, dice Nina, una veterana del teatro musical que, curiosamente, es la segunda vez que coincide en un papel con Meryl Streep, ya lo hizo en “Mamma mía!” y lo hace ahora interpretando a Francesca. Para el argentino Gerónimo Rauch, hacer este papel “es un punto de quiebre en mi carrera, un nuevo escalón con un personaje que soñaba interpretar y estoy muy feliz y agradecido de hacerlo realidad”.
Para los actores, esta partitura “es compleja y exigente –asegura Gerónimo Rauch-, en el caso de Francesca tiene un tinte más italiano, en cambio la de Robert es más country, pero también es un reto para todo el elenco por lo intensa y por el contenido que tiene”. “Una partitura de mucha belleza y fuerza para el espectador –apostilla Nina-, aquí no tenemos el plano corto del cine, pero sí una música que viaja con mucha potencia y velocidad a las emociones de quien escucha y eso lo hace dificultosa para nosotros. Creo que no habrá nadie que no empatice, que no se sienta reflejado por haber vivido o estado en un lugar semejante a ellos”, asegura.
“Son emociones que hemos trabajado con mucho realismo en la interpretación, que han estado a flor de piel en los ensayos”, explica Rauch, que confiesa seguir terminando la función con los ojos mojados. “Nina y yo nos abrazamos porque no podemos evitar la emoción, porque ¿quién no ha vivido alguna vez un amor esporádico que te marca para siempre, a quien no lo han dejado y ha seguido amando a esa persona toda la vida? Todos nos hemos enamorado y sufrido por amor, muchos formamos familia, pero en esta vida hay que elegir y ese es el dilema que va a ver el espectador, un marido maravilloso, una mujer increíble, una persona que irrumpe en su vida. Quizá muchas personas estarían de acuerdo con vivir esa experiencia de cuatro días, pero también lo estarían con la elección de Francesca”.
¿Puede haber comparaciones con la película? “No porque la cinta de Eastwood no es un musical –explica Nina-, aquí, el espectador que haya leído el libro o visto la película conoce la historia, pero se va introducir en un código nuevo y distinto que es el del teatro, va a vivir una experiencia única porque hay actores y música en directo, y lo que ve ese día es único e irrepetible, ninguna función es igual, así que no es comparable”. A diferencia de la película, el musical suscita una ardiente reflexión sobre el destino, la libertad y la valentía de amar. En ese sentido, “el público va a vivir una movilización, una catarsis, parejas que vuelvan a comunicarse, deseos de volver a enamorarse… yo creo que el espectador que salga de la sala va a ser distinto y esto sucede cuando estás ante una obra irrefutable y el amor lo es, cuando sucede, sucede y poco podemos hacer para evitarlo”, apostilla el actor.
“Los puentes de Madison” es otro de los musicales que se suma a la cartelera de Madrid, que está viviendo una explosión del género. ¿Cuál es la clave de este boom? “Seguramente haya que remontarse bastantes años atrás porque el fruto que se está recogiendo ahora se sembró hace décadas”, explica una veterana del musical como es Nina. “Ha habido una serie de héroes, más que productores, que apostaron por ellos, que han invertido en un producto carísimo. Entre ellos, los actores que venimos formándonos y trabajando con rigor y tantas escuelas formando tan bien a los jóvenes, se ha conseguido fidelizar a un público y quizá ahora estamos recogiendo los frutos, esto no es una seta que sale espontáneamente un día, es algo que viene cociéndose hace décadas y que explica el fenómeno que se está produciendo ahora”, concluye.