Carmen Machi y Macarena García vuelven a ser madre e hija en una secuela "perottiana" de "Yerma"
El director argentino firma en "Nuestros actos ocultos" un thriller invadido por el espíritu de Federico García Lorca
Madrid Creada:
Última actualización:
No llevarán ni gota de la misma sangre, pero Carmen Machi y Macarena García son madre e hija por insistencia. "Somos familia", sonríen. Acaban de salir de la atmósfera asfixiante de los Puig Baró (La Mesías) y se encierran, también como madre e hija, por supuesto, en un coche con hechuras de olla exprés. Azucena (Machi), Elena (García) y Patri (Santi Marín) metidos en un auto a punto de romperse en una carretera cualquiera se convierte en el escenario perfecto para que Lautaro Perotti haga tronar la caja de Pandora que descubra el pasado de este triunvirato. "Me divierte la urgencia de la situación. Soy morboso", apunta el autor y director de Nuestros actos ocultos, la "road movie" que ocupará las Naves del español del 16 de enero al 3 de febrero.
"Es la historia de tres soledades, de tres personas que no pudieron, no supieron o no quisieron construir un entorno, unos vínculos y unas relaciones fuertes. Y las relaciones que sí han podido construir son a base de silencios y omisiones, de cosas no habladas –presenta Perotti–. Son tres personas que están cercanas, pero entre ellas media una distancia inmensa. Su problema es que no tienen la capacidad para pedir ayuda, para acercarse. Son tres personas desesperadas que luchan, cada uno a su manera, por construir un futuro; tres personajes solitarios con muchas carencias que se necesitan entre sí".
Azucena no termina de aceptar su temprana enfermedad mental, pero esto no le impide acudir junto a su "fiel acompañante" Patri a la llamada de su hija Elena, responsable de un trágico acontecimiento, para huir. Así, lo que comienza como una desesperada carrera contrarreloj se trasforma según pasan los minutos en un encuentro profundo entre personas que se necesitan, pero que, pese a los lazos, no se conocen.
No se muerde la lengua el director argentino a la hora de exponer la trama de este thriller: "Yerma me inquietaba", empieza. "En distintas instancias de mi vida he vuelto a esta obra de Lorca y siempre me venía la pregunta de qué pasó con su protagonista después de matar a su marido Juan". Se apresura Perotti en advertir de que esto "no es Yerma 2, pero sí es un intento de ver qué puede suceder con un ser humano que ha hecho algo como eso. Me inquietaban esos intentos fallidos en los que la gente tiene el valor de modificar sus vidas o alcanzar sus sueños".
Machi –que ya trabajó con Perotti en Cronología de las bestias– define a esta familia como "atípica" y a su personaje como "una pianista frustrada": "La madre de los dos, con quienes tiene relaciones muy distintas. Una mujer muy inteligente que al no poder desarrollar su mucho talento se ha quedado en un lugar de dolor cargando las tintas hacia los demás". Es la matriarca de un clan en el que "hacen como que no se gustan, pero que en el fondo se quieren", asegura la actriz.
No menos misteriosa es su hija Elena, a la que Macarena García dibuja como "una persona con una herida muy profunda de desamor". "Su madre le ha hecho sobrevivir a base de tirar hacia adelante. Ha desarrollado la necesidad imperiosa de ser madre, aunque no sea una necesidad muy reflexiva", cuenta la intérprete de una figura que para su creador es una "patotera": "Una macarra de barrio y fútbol", defienden. Y en el tercer vértice del triángulo aparece Patri, quien para el hombre que le defiende sobre las tablas de las Naves es quien "desea que la familia esté unida, al menos, al inicio de la función", puntualiza Marín.
Son las tres piezas que ha construido Lautaro Perotti para una función que "habla del amor, del amor mal gestionado, del amor maltratado, del amor olvidado, del desamor... Habla del talento, la vocación, del talento desfigurado, desperdiciado e ignorado. Pero, sobre todo, me parece que habla de la búsqueda del amor y de si uno es capaz de construir y descubrir cuál es su manera de familia, de pareja, de vínculos, y animarse a descubrirlo con todo el riesgo que eso implica", cuenta el director.
- Dónde: Naves del Español (Matadero), Madrid. Cuándo: hasta el 3 de febrero. Cuánto: 20 euros.