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Entrevista

Mina El Hammani: "La ola xenófoba da miedo; un día les encanta tu película, y al otro te llaman 'puta mora'"

La actriz regresa con fuerza al Teatro Romano de Mérida, esta vez, con 'Las troyanas' de Eurípides

Presentación de 'Las Troyanas' Jero MoralesEFE

Mina El Hammani vuelve al teatro. Y lo hace a lo grande, en el Teatro Romano de Mérida. Arena que pisó por primera vez en 2021, cuando aún campaban a sus anchas las medidas de distanciamiento social de la covid: “Un momento peculiar”, asegura quien todavía guarda en la cabeza el runrún del público de antes de salir a escena. “No recuerdo haber tenido nunca unos nervios tan grandes”. A la carga emocional de su debut en Mérida añadió la pérdida de su padre. “Pasé de estar en su entierro a los ensayos de 'Edipo' en un día, pero fue bonito dedicarle todas las funciones con ese pedazo de escenario mirando al cielo”.

La sensación actual es otra, aunque tampoco se sacuda los nervios del todo. “Creo que esta vez voy a ser más consciente del lugar que piso y estará bien porque la emoción de las primeras veces no te permite sentir del todo”.

Por el momento, el aforo reducido que El Hammani vivió en 2021 se duplicará hasta las 3.000 localidades y eso le genera nuevas mariposas en este estreno de 'Las troyanas': “Se me sigue acelerando el pulso cuando lo pienso, aunque aquí lo que prima es la historia. Cogerla con mimo y que el público reciba el dibujo que Carlota [Ferrer] les ha querido entregar” con 'Las troyanas'. La intérprete madrileña se convertirá en Elena de Troya, “un personaje muy emocional al que todo el mundo juzga y señala por ser “a priori” el motor de la Guerra de Troya”; y, como máxima, sabe que todo lo que sucede sobre la escena es “por y para el público”, asume la actriz.

"Tengo muchas ganas de ver a una mujer de presidenta del gobierno"

–¿Cuál es esa historia que debe primar por encima de todo?

–La de 'Las troyanas' de Eurípides que han adaptado Carlota Ferrer e Isabel Ordaz. Esas mujeres que intentan sobrevivir en mitad del ansia de posesión que ciega a los hombres y que les lleva a machacarse los unos contra los otros.

–Otro clásico, otro texto actual.

–Está sucediendo aquí y ahora. Todos somos partícipes queriendo o no de estas masacres que están sucediendo. Te hace lanzarte muchas preguntas. Ensayando me he dado cuenta de que hay algo en la historia que nunca aprendemos. El ciclo se repite y parece que se va a mantener. Hay muchos egos... y voy a meter al hombre: egos masculinos que se han adueñado de la decisión de si hay guerra o no por su propio ansia. Enfrente vemos a esas mujeres, reinas que no son reinas, madres... intentando afrontar su nueva vida.

Mina El Hammani.Gtres

–Ya dirigió un corto ('Treinta segundos') sobre masculinidades tóxicas, sobre el mito del donjuán.

–Sí, sobre ese poder de decisión que marca el cómo y el cuándo. En aquel corto, la publicación de un vídeo tenía consecuencias para ellas en su vida personal y laboral.

"Hay algo del ser humano que me apena"

–¿Todavía debemos reclamar más mujeres en los consejos de administración?

–Yo lo comento a diario. Ojalá llegue ese momento en el que no sea necesario. Yo, por ejemplo, tengo muchas ganas de ver a una mujer de presidenta del gobierno, pero no sé si la sociedad está preparada. No se apuesta por ello. En la historia hemos podido ver que los cargos de poder, por norma, han sido siempre coronados por hombres que han ido ejecutando sus abusos de poder y sus necesidades individuales, que no colectivas. Y ahí está el problema. Es una cosa de testosterona y del yo, yo y yo. Esperemos que cambie, aunque antes tenía muchas esperanzas y ahora hay algo del ser humano que me apena. Es un hartazgo político, social, humano... Lo de Gaza me rompe. Es cruel, nefasto, inhumano... Como pueblo, podemos alzar la voz, pero ponerle freno es cosa del que lo está ejecutando. Por muchas obras de teatro que hagamos, por mucha exposición que tenga uno o por mucha ayuda económica que se de a nivel individual, ¿quién lo frena? No paran de morir hombres, mujeres y niños de forma innecesaria. No le encuentro sentido. Me hace ver el mundo de otra forma. Luego, la gente te dice que esto se quedará en la historia, pero a mí qué más me da eso. No tengo la necesidad de que se estudie sino de que se pare.

"Lo que yo pretendo es la equidad: lo que tengas tú me lo merezco yo independientemente del origen y la religión"

–No creo que la ola xenófoba de Torre Pacheco le haya devuelto la esperanza.

–Da miedo. Está creciendo, aunque también estoy convencida de que es una minoría, aunque con mucha fuerza en redes y en el debate público. Me pueden llamar “mora de mierda, hija de puta”, pero yo, como ser humano que busca la equidad, jamás me atrevería a decir ciertas cosas porque ni se me pasan por la cabeza. Me he dado cuenta de que buscan la aprobación de las personas que tienen alrededor. Es parte del propio ego humano para no sentirse solo.

Presentación de 'Las Troyanas'Jero MoralesAgencia EFE

–Madrileña y de origen magrebí: ¿cómo se reacciona ante el insulto o el racismo?

–Y nacida en La Paz. Llevo trabajando desde los quince años y no he pedido el paro en mi vida y todavía tengo que aguantar discursos de que “vienen a quitarnos nuestras pagas”... Centrémonos en la vida y en los derechos, pero sí hay una parte que me genera inseguridad. A mí me han colocado en otro lugar sin pedirlo. El racismo está presente: convivido con él en mi adolescencia y a día de hoy. Hice una publicación en redes por lo de Torre Pacheco y te imaginas: “Puta mora, vete a tu país”... A eso no hay que hacer oídos sordos. Yo lo hablo con todo el mundo: amigos, terapeuta, familia... Es gente que un día te dice que le ha encantado tu película y al otro que eres una “puta mora de mierda”. Eso ya lo dice todo. No quieren que, como individuo, tenga mi propia voz para defender algo que me afecta. Yo soy una diana muy fácil, pero que cada uno se trabaje su movidas. Hay que hablarlo todo porque vamos a seguir conviviendo con ellos. Están aquí y hay que reflexionar constantemente. Lo que yo pretendo es la equidad: lo que tengas tú me lo merezco yo independientemente del origen y la religión.

–¿Y cómo de harta está del cliché?

–Tanto como para no responder a ello. Como actriz, quiero hacer todo tipo de historias, por lo que eso lo debe contestar a productores y directores, que son los que eligen. Yo no le encuentro el sentido.

Regresa con fuerza El Hammani a las tablas, aunque, de momento, solo sea por cinco días (13-17 de agosto). Después, cogerá las maletas y se irá a Portugal a grabar una serie. Eso sí, dice contundente que del teatro nunca se irá: “Cuando me preguntan lo típico de si me gusta más una cosa u otra, televisión, cine o teatro, siempre respondo que cada uno tiene su esencia. Lo bueno es que tengo la oportunidad de compaginar. Ahora, un proyecto como 'Las troyanas' me ancla un poco a la tierra. Es maravilloso el proceso de ensayos y tener seis horas al día de lunes a sábado para crear una historia. Eso es lo que echo de menos de la parte audiovisual. No hay ese tiempo, no te puedes adentrar de lleno y encontrar la esencia del personaje. Como cada noche tienes una oportunidad, puedes jugar y buscar nuevas cosas. En el cine o la televisión a veces te vas rayada a casa porque la toma ya está cerrada”.