Norbert Rakowski

Morir o no morir, esa es la cuestión

El polaco Norbert Rakowski presenta en el Canal una reflexión sobre quién debe tener la última palabra en la eutanasia

Norbert Rakowski mezclará danza y teatro en la Sala Verde del Canal
Norbert Rakowski mezclará danza y teatro en la Sala Verde del CanalEdgar De Poray

Para los budistas, "no estar en ninguna parte" es belleza y libertad, aunque entre la mayoría de personas del mundo occidental, no suena tan bien la frase, "suena aterradora", dice Norbert Rakowski. Suyo es el I'm Nowhere/Desvanecimiento que llega a los Teatros del Canal para poner sobre la mesa la eutanasia. El polaco ha ideado tres perspectivas diferentes con una historia, un estilo narrativo y un enfoque del tema distintos, "pero todos sirven como espacios para la reflexión más que para el juicio", apunta de una pieza basada en el texto de Ivan Vyrypaev. Tres capas (intelectual, emocional y surrealista) que representan el mundo dentro de la mente de un niño en coma. Un punto de partida tan "incomprensible como hermoso", explica el director apoyado en las "investigaciones recientes que demuestran que es posible comunicarse con algunas personas en estado vegetativo".

Rakowski ve belleza donde otros verían horror. "Lo que vemos es, y lo que no vemos existe", dice. Es su propio punto de vista, "pero existen tantos como espectadores": "Hay muchos más e invitamos a que el público se embarque en un viaje hacia su propia conciencia, para lidiar con sus creencias sobre la vida y la muerte y para obtener una comprensión más profunda de la realidad. No se trata sólo del acto de la eutanasia en sí, sino de los innumerables sentimientos, creencias y experiencias que lo rodean. Después de todo, los mayores misterios de la vida no residen sólo en el cosmos; residen en lo más profundo de nosotros".

¿Debe una persona decidir su futuro o debe ser una decisión de médicos y/o jueces?

Es complicado porque vivimos en un mundo de paradojas, y una de ellas es la búsqueda incesante de mantener viva a una persona a cualquier precio. Disponemos de excelentes cuidados paliativos para afrontar enfermedades terminales, pero cuando se trata de la cuestión fundamental de elegir la muerte antes que la vida, incluso la mayoría de los médicos dudan. La humanidad moderna desea derechos que le permitan tomar estas decisiones en completa paz, decisiones que sean premeditadas y protegidas por el consentimiento oficial. Quieren que la ley convierta en principio lo que antes era la excepción, vivida en silencio. Pero como esta pregunta requeriría un ensayo filosófico extenso, concluiré con la frase: "Recuerda siempre que no perteneces a nadie y que nadie te pertenece a ti", lema escrito por Ivan Vyrypaev que guía una de las partes de nuestra obra.

¿Usted tiene claro cuándo quiere morir?

Durante el proceso de ensayo vimos muchos documentales y pudimos familiarizarnos con numerosos casos de personas que solicitaron la eutanasia. A lo largo de estos documentales siempre surgieron temas claves como el significado y la calidad de vida. Una frase de un protagonista se me quedó grabada; simplemente afirmó que ya no era la persona que solía ser. Sintió que había perdido todo lo que daba sentido a su vida. Entonces, además del sufrimiento que no se puede controlar, también se trata del significado de la vida. Por cierto, agregaré que cada personaje de la obra tiene su prototipo. Estas no son historias fabricadas de la nada.

¿Hay algo peor que la sensación de "no estar en ninguna parte"?

Depende del contexto cultural en el que nos encontremos. Para los budistas, "no estoy en ninguna parte" significa belleza y libertad. Para nosotros (gente del mundo occidental y de Europa Central) esta afirmación suena aterradora. Pero consideremos: si alguno de ustedes cierra los ojos y se imagina que no está en ninguna parte, ¿es siquiera capaz de hacerlo? Su cerebro siempre los ubicará en algún lugar, los localizará. No poseemos las capacidades de meditación y purificación que tienen los pueblos del Lejano Oriente. Pero respondiendo a la pregunta: sí, hay algo mucho peor que "no estar en ningún lado", se llama ser prisionero de la cultura de masas. Se podría decir que poco a poco nos estamos convirtiendo en productos, marcas definidas por lo que vestimos, moldeándonos sólo como los demás quieren vernos, conscientemente o no. Ser prisionero del consumismo es mucho peor que no estar en ninguna parte. Pero ese es tema para otra obra.

Dicen que los temas de su obra no son obvios, ¿se va a necesitar un público experto?

No, no es de naturaleza académica. No me imagino dividir al público en expertos o aficionados. El arte debe estimular el pensamiento. No me interesan las tesis ya hechas porque el juego se vuelve inútil. Cuando viene al teatro, cada espectador lleva consigo su propio mundo, y es este “paisaje interior” el que determina con qué se identificarán, qué resonará en ellos y cómo las imágenes de la obra los afectarán personalmente. La no obviedad surge del hecho de que la eutanasia, legalizada o no, representa un profundo rompecabezas ético que debemos descifrar. Los dilemas éticos que rodean la eutanasia desafían nuestras creencias, confrontan las normas sociales y nos obligan a lidiar con ambigüedades morales.

Estamos ante una producción polaco-española, dos países con realidades muy diferentes en cuanto a la eutanasia. ¿Cuál de las dos legislaciones se acerca más a su ideal?

−"El hombre no nace ciudadano de su país, ni participante de la cultura nacional, ni siquiera hablante de una determinada lengua. Por encima de todo, el hombre nace libre". Ojalá fuera lo mismo para mí. Desafortunadamente, vivo en un país donde la polarización política se ha extendido a la sociedad. Envidio muchas soluciones legales disponibles para los ciudadanos españoles, incluida la legalización del aborto y la eutanasia. Ésta no es mi declaración inequívoca a favor de estos derechos porque yo también (especialmente después de este trabajo) tengo sentimientos ambivalentes sobre opciones profundas. Pero pienso en el momento en que alguien cercano a mí o yo mismo suframos una enfermedad grave y entonces las leyes no cambiarán de la noche a la mañana.

  • Dónde: Teatros del Canal, Madrid. Cuándo: hasta el 8 de octubre. Cuánto: desde 9 euros.