Sección patrocinada por sección patrocinada

Una tragedia para la Historia

Todo el patrimonio en riesgo por el terremoto de Marruecos

Todavía es pronto para cuantificar los daños sufridos por los edificios de una ciudad rica en edificios como Marrakech

Pasadas la once de la noche, la ciudad roja ya no durmió: un terremoto de 6,9 grados en la escala de Richter con epicentro a 72 kilómetros al sur de la ciudad sacudió el país con temblores que llegaron hasta Rabat, Fez, Ourzazate y Agadir. Las pérdidas humanas son enormes, y a lo largo de la mañana ha ido aumentando el número de muertos y desaparecidos entre los edificios, tanto en Marrakech como en la provincia de Al Haouz, donde se encuentra el Toubkal el pico más alto de Marruecos practicado por montañeros de todas las nacionalidades.

En la zona afectada por el seísmo en la carretera entre Quirgane y Taroudant se encuentra la mezquita de Tinmel, construida en 1156 para conmemorar al fundador de la dinastía almohade Muhamad Ibn Tutmart, una de las mezquitas de Marruecos abierta a los no musulmanes y emblema del arte almohade. Y también en Tinmel se encuentran las tumbas de los gobernantes almohades que hicieron de esta pequeña ciudad su centro artístico y espiritual área que ha sufrido daños menores.

La atención se concentra en Marrakech, donde tanto los propios marroquíes como turistas que se encontraban en la ciudad han publicado videos donde se documentan los daños patrimoniales sufridos en la medina, considerada por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. La plaza de Yamaa el Fna (en la que tradicionalmente se dan cita un sinfín de contadores de cuentos, maestros exponiendo sus enseñanzas, encantadores de serpientes, danzantes, dentistas, vendedores de zumos de fruta, acróbatas, escritores de cartas, aguadores, perfumistas, vendedores de antigüedades y ámbar) y sus entornos inmediatos de acceso a la medina es una de las zonas más afectadas, teniendo este espacio la denominación Unesco como de Patrimonio Inmaterial dado el enorme importancia de este lugar en el pasado y el presente.

Al sureste de la plaza, el fuego asola la parte superior del alminar de la mezquita Kutubiya, el edificio histórico más alto y uno de los más representativos de la ciudad terminado en época del califa almohade al-Mansur (1184-1199); sirviendo como modelo para la construcción de la Giralda de Sevilla y la inacabada Torre Hassan, en Rabat. Una de las mezquitas cercanas a la puerta de la medina, la de Tarbouch, también ha sufrido grandes desperfectos perdiendo su alminar.

Los daños en el interior de la medina no se han cuantificado todavía, pero es conocida la existencia en su interior de edificios de gran valor patrimonial, como la Qubba Ba Adyin, el único exponente de época almorávide que se preserva en la ciudad no destruido por los almohades. El edificio contiene una fuente de abluciones en los aledaños de la desaparecida mezquita de Ali ibn Youssef, mencionada por todos los cronistas de la época. Fue en el antiguo espacio de esta mezquita donde el sultán Abu al Hasan construyó en el siglo XIV una madrasa, una de las escuelas árabes más importantes del norte de Marruecos en funcionamiento hasta 1960, siendo abandonada posteriormente hasta su reconversión en Museo.

Los grandes afectados en Marrakech han sido los edificios de la medina, un espacio con una personalidad propia en el que las tiendas se abren a las calles estrechas como consecuencia de la ampliación de las propiedades originales por múltiples herencias y de la multiplicación de las tiendas, lo que provoca que las calles del urbanismo original tras mil años de saturación tengan esa apariencia abigarrada que da la personalidad a lo que los europeos llamamos zoco. Las murallas que rodean a la ciudad antigua, construidas progresivamente a partir de 1120 en tapial de arcilla roja, han sufrido serios daños en algunas partes de su trazado, produciéndose así derrumbes en algunas zonas sin que estén cuantificados los males totales en las 19 puertas monumentales que posee el recinto.

Tampoco sabemos si el mítico hotel Mamounia, que encantó a Churchill y cuyas habitaciones fueron el escenario de películas como "Morocco", en 1930, con Marlene Dietrich y Gary Cooper, y "El Hombre que sabía demasiado" (1956), de Alfred Hitchcock, con Doris Day y James Stewart, ha sufrido desperfectos.

Buena parte de la historia de Marruecos pasa por Marrakech, ciudad fundada por Yúsuf ibn Tašufín como capital de los almorávides; un lugar estratégico por donde pasaban las caravanas que iban hacia el África negra a través del Sahara. Más tarde ha sido capital de los almohades destruyendo parte del legado almorávide y sustituido por el suyo propio que dé personalidad a la urbe; y en el siglo XVI, capital de los saadíes, quienes construyeron el palacio de el-Badi dejando el recuerdo de su dinastía.

Los habitantes de la medina salieron de sus casas por ese temblor que abría puertas y ventanas y que no solo se llevó a múltiples personas, sino que afectó a importantes estructuras de la ciudad roja que la hacen irrepetible.