Entrevista
Curro Vázquez: «Volver a Las Ventas me da pánico, pero tenía que estar»
El veterano diestro volverá a torear en Madrid para homenajear a un amigo y celebrar más de medio siglo de alternativa
El próximo 12 de octubre, Día de la Hispanidad, se celebrará en Las Ventas un festival taurino tan especial como emocionante. Con motivo del homenaje a Antoñete y para recaudar fondos para erigirle un monumento, José Antonio «Morante de la Puebla» ha reunido un cartel irrepetible en el que figuran leyendas del toreo como César Rincón, Enrique Ponce, Pablo Hermoso de Mendoza, Julio Aparicio o el propio Morante, así como la novillera Olga Casado. Entre ellos, llama especialmente la atención la presencia de Curro Vázquez, que no se viste de luces desde hace 23 años y que ese día, además, cumplirá 56 años de alternativa. A sus 74 años, será el torero de mayor edad en hacer el paseíllo en la plaza más importante del mundo. Esta entrevista, realizada para LA RAZÓN, recoge su testimonio a pocos días de volver a pisar el ruedo de Madrid.
¿Cómo recibió la invitación a participar en este festival?
En mi caso es una insensatez tremenda, pero una insensatez torera. Al principio no lo veía claro. A mi edad, volver a Las Ventas me da pánico y preocupación. Pero cuando lo pensé con calma, entendí que debía estar. Si no fuera esta plaza, si no fuera por Antoñete, o si no lo organizara Morante, posiblemente no lo habría hecho. Son tres razones de mucho peso. Me ilusiona también por la gente que me anima, sobre todo quienes no me vieron torear y ahora van a tener esa oportunidad.
¿Le sorprendió que Morante impulsara esta iniciativa?
Mucho. Me pareció un gesto espléndido. Cuando me llamó y me dijo «quiero que estés conmigo abajo», yo pensé que se refería al callejón, quizá para ayudarle, hacer un quite... y ya eso me agobiaba. No dormí en toda la noche. Pero según fueron pasando los días, comprendí que debía estar. Morante ha sido muy generoso al rendir homenaje a un torero que no es de su generación. Que lo haga en Madrid, con un monumento incluido, me pareció algo muy digno de apoyar.
¿Cómo recuerda a Antoñete?
Con una mezcla muy bonita de admiración y cariño. Toreamos festivales y corridas antes de su primera retirada, y nos hicimos muy amigos en Venezuela. Cuando reapareció en el 80, ya compartimos entrenamientos, comidas, charlas de toros. Tenía mucha experiencia, como torero y como persona. Aunque nuestras trayectorias fueron desiguales, coincidíamos mucho en cómo entendíamos el toreo. Antonio era Madrid. Nos entendíamos y nos queríamos. Antoñete representa una forma de ver el toreo y de vivirlo. Y todos los que estamos en ese cartel compartimos esa sensibilidad. Es bonito que el toreo tenga también memoria y gratitud.
¿Qué cree que sentirá a volver a pisar la arena de Las Ventas?
Estuve hace unos días entrenando, y claro que me emocioné. Volver a ese ruedo me hizo sentir muchas cosas. Satisfacción por estar, pero también inquietud. Ese día será especial para todos los que llevamos tiempo sin torear. Vamos a intentar que la alegría pese más que la emoción.
¿Cómo se está preparando físicamente?
Con el respeto que merece esta plaza y esta cita. Lo hago lo mejor que puedo a estas alturas. Lo que más me anima es la respuesta de la gente. Amigos, hijos y nietos de amigos… Todos me han mostrado ilusión. Me piden que esté bien, que disfrute. Eso me da fuerza para prepararme con más ganas, aunque pase más tiempo en el fisio que entrenando.
¿Tras su retirada, pensó en volver a torear?
Sinceramente, no. Nunca me lo planteé. No me hacía ilusión, no me veía en condiciones, ni quería preocupar a mi familia con algo así. Pero en este caso, se han unido muchas razones: el homenaje a Antoñete, que lo promueva Morante y, sobre todo, que sea en Las Ventas. En cualquier otro sitio, no lo habría hecho.
¿Siente que vuelve a debutar, en cierta forma?
Sí, claro. Ha pasado mucho tiempo, el público ha cambiado, el toro también. Es como si debutara otra vez en Madrid, pero con una carga emocional distinta. Muchos me verán por primera vez, otros me recordarán. Sé que va a ser un día difícil de olvidar.
¿Le pesa ser el torero de mayor edad que haya hecho el paseíllo en Las Ventas?
Me impresiona, pero no me pesa. Es una responsabilidad, desde luego, y un reto. A los 74 años no se torea igual, pero uno sabe lo que hace. Voy a dar lo mejor que pueda dar. Estoy más contento de estar aquí que si no estuviera. No podía faltar.