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El Palacio Vistalegre vibró con el toreo vestido de solidaridad por Valencia

Más allá del resultado artístico, todo en la plaza madrileña giraba en torno a los afectados por la DANA. La emoción y el deseo de ayudar fue el motor de una gran tarde
Sebastián Castella pasea la bandera valenciana en el festival de Vistalegre
Sebastián Castella pasea la bandera valenciana en el festival de VistalegreEFE
La Razón

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La imagen de una multitud de gente joven mezclada con toreros y cuadrillas al término del festival recordaba esos ríos de voluntarios que, hace poco más de un mes, se acercaban de toda España a cada uno de los municipios asolados por la DANA. Igual de conmovedor. Al final, el espíritu era el mismo: ayudar. Unos con sus manos, otros con su toreo y finalmente, los aficionados que se confundían con los toreros, con esa entrada que pagaron para llenar el Palacio de Vistalegre de Madrid. Epicentro donde brotó el sentido más solidario del toreo.
Chapó por la organización, por la Comunidad de Madrid que dio el paso, por el Palacio Vistalegre que inmediatamente respondió al llamado, por los toreros que, sin dudarlo, pusieron su arte al servicio de los damnificados y, por supuesto, a esa afición que agotó las entradas. Ese fue el mayor éxito de una tarde en la que la emoción estuvo a flor de piel. Tanto que José María Manzanares, antes de hacer el paseíllo, no aguantó las lágrimas fundiéndose en un abrazo con El Soro, quien rompió el ensordecedor silencio con su trompeta para recordar a los fallecidos por la tragedia. También Francisco con el himno valenciano hizo encoger los corazones.
Después saldrían los novillos. Es cierto, es para lo que la gente había pagado, pero el resultado importaba poco. En el ambiente reinaba ese deseo de que este espectáculo, de verdad, sirviera para paliar tanto dolor. Lo expreso Enrique Ponce en los micrófonos de las televisiones con la voz entrecortada. Su chiva natal, su familia y sus amigos de infancia cuentan entre los afectados. Después demostraría toda su maestría para intentar aliviar la falta de fuerza de un animal noble y que terminó a pagándose.
Los trofeos comenzarían a caer a partir del segundo. Sebastián Castella tiró de suavidad e inspiración para encausar las embestidas de un novillo con tanta movilidad como ganas de rajarse. El francés, con una frescura nueva, improvisó para sacar siempre el mejor partido de aquello. Tras la estocada salieron los pañuelos, pero más que eso, salieron señeras valencianas por todo el tendido y bajaron hasta el ruedo para izarse en las manos del de Beziers y del toreo en general.
A Manzanares le salió el garbanzo negro de la tarde y aunque puso todo su esfuerzo y voluntad, poco había qué rascar. Fue Talavante quien hizo brotar lo mejor de su repentismo para encandilar a la plaza y convertirla en un manicomio. Naturales eternos, trincherazos desgarrados y una arrucina imposible subían al tendido con una fuerza descomunal. La misma con que Fernando Adrián continuó la algarabía con un soberbio toreo al natural de rodillas. Y las verónicas. Y los derechazos. El espadazo. Entrega total.
Bajó el toro en el sexto. El novillo de Roca Rey no tuvo la chispa que sí quiso imprimir el peruano. Pero la traca final estaba en manos de Olga Casado, una novillera que apenas hacía su primer paseíllo con picadores y que terminó sorprendiendo a todo el mundo con el gusto de un toreo sincero y dispuesto, valiente y personal. La plaza fue suya. Por eso, tras pasear los máximos trofeos, no pudo evitar ser la única a la que esa marea de gente se llevó en hombros y, con ella, a todo el toreo que se unió por la mejor de las causas.

FICHA DEL FESTEJO:

Palacio Vistalegre (Madrid). Festival a beneficio de las víctimas de la DANA. Lleno de «No hay billetes. Novillos de Garcigrande (1º, 2º y 7º), Jandilla (3º), El Freixo (4º, premiado con la vuelta al ruedo), Domingo Hernández (5º, premiado con la vuelta al ruedo) y Núñez del Cuvillo (6º).
Enrique Ponce, pinchazo y estocada (ovación).
Sebastián Castella, aviso y estocada (oreja).
José María Manzanares, estocada que hizo guardia y media (ovación).
Alejandro Talavante, estocada (dos orejas).
Fernando Adrián, estocada (dos orejas).
Roca Rey, pinchazo, estocada tendida y aviso (ovación).
Olga Casado, estocada (dos orejas y rabo).