San Fermín

¿Qué es el Riau-Riau? el ritual sanferminero que desafiaba al poder político

Una marcha popular, sin políticos pero con miles de pamploneses, recorre las calles al ritmo de un vals que ha desafiado gobiernos y resistido al tiempo

Los radicales impiden el «Riau Riau»
Los radicales impiden el «Riau Riau»larazon

Hay actos que definen una ciudad, que laten en su memoria colectiva más allá de la oficialidad o de los programas de fiestas. Uno de ellos es el Riau-Riau, un evento que durante décadas marcó el arranque simbólico de los Sanfermines en Pamplona y que, a pesar de las suspensiones y polémicas, sigue muy vivo en el corazón popular.

El Riau-Riau nació en 1914 como una manifestación de protesta hacia la autoridad municipal. Fue Ignacio Baleztena, carlista convencido, quien impulsó la tradición al intentar frenar el paso del Ayuntamiento con el repetitivo y contagioso "Vals de Astráin", compuesto en el siglo XIX. Desde entonces, cada 6 de julio, miles de personas se han congregado para cantar, bailar y avanzar —o bloquear— al ritmo incesante de esta música.

El recorrido es breve pero simbólico: unos 500 metros que van desde el Ayuntamiento hasta la iglesia de San Lorenzo, atravesando la calle San Saturnino y la Calle Mayor. En ese espacio estrecho, la multitud entona una y otra vez el vals mientras los gigantes, las rondallas y los vecinos de todas las edades convierten la marcha en una celebración multitudinaria.

El carácter reivindicativo fue ganando peso con los años. Tanto es así que en varias ocasiones se impidió el avance de la Corporación municipal, provocando suspensiones en 1972 y 1980, hasta que en 1991, tras incidentes especialmente graves, se decidió eliminarlo del programa oficial. Un intento de recuperación en 1996 también acabó con altercados, lo que reforzó su estatus de evento "no oficial".

Pero el Riau-Riau no desapareció del todo. Desde 2002, las asociaciones de jubilados de Pamplona han liderado su recuperación con un espíritu más festivo y menos confrontacional. Sin políticos pero con música, emoción y tradición, este nuevo Riau-Riau cuenta incluso con la participación de la banda municipal La Pamplonesa desde 2004 y con la entrañable comparsa de Gigantes y Cabezudos.

Hoy, aunque no figure en el programa oficial, el Riau-Riau continúa su marcha gracias a los pamploneses que no quieren dejarlo morir. Cada año, abuelos, niños y vecinos recorren juntos ese mismo trayecto, al ritmo de un vals que ya no busca frenar a nadie, sino simplemente celebrar el orgullo de una ciudad que se resiste a olvidar sus raíces.