Sección patrocinada por sección patrocinada

Pintura

Velázquez, el pintor más copiado

Un copista, frente a «Cristo crucificado»
Un copista, frente a «Cristo crucificado»larazon

El Museo del Prado posee un atractivo especial para los copistas. Velázquez, Goya y Murillo conforman el podio de los artistas más copiados en la historia de la pinacoteca. Según atestiguan los libros de registro de copistas y los índices de autores copiados, de cada uno de ellos han salido más de 5.000 copias. ¿Quién está en posesión del record de cantidad de reproducciones? Solo entre 1964 y 1965 se hicieron 358 copias del artista sevillano, 305 del maestro de Fuendetodos y 244 de Murillo. Durante esos dos años se pintaron aproximadamente 90 copias al mes: 1.099 en 1964 y 1.049 en 1965, años que significan el verdadero «boom» y en los que incluso se llegaban a contar hasta medio centenar de artistas trabajando en las salas, gran parte de ellos japoneses. Únicamente en 1895 se superó la cifra antes citada de 1.049 copias, con 1.102 en total. La pregunta que inmediatamente nos viene a la mente es el ránking de obras más copiadas. El puesto de honor es para «Los borrachos», «Cristo crucificado» y «Las hilanderas, de Velázquez». En cuanto al sordo universal destacan «La vendimia», «La gallina ciega» y «El quitasol». Les siguen «La Inmaculada Concepción» y «La Virgen del rosario», de Murillo y «Las Dolorosas», de Tiziano. Aunque hoy no se permite copiar «Las meninas» hace un siglo se hacían al año larededor de 20 reproducciones de esta obra. Actualmente se autoriza a pintar en las salas del Museo del Prado a una media de 50 personas al año: un 75% son de nacionalidad española y el 25% restante procede de países como Estados Unidos, China, Japón, Chile o Canadá. En 2017 se pintaron en salas 45 copias, 25 en lo que llevamos de 2018.

En 2013 el Prado recibió a un grupo de 18 pintores pertenecientes la mayoría a la Central Academy of Fine Arts y a la China Academy of Arts, una de las instituciones más influyentes del país asiático. Durante dos semanas su objetivo fue copiar dos obras que posteriormente pasarían a formar parte de una exposición de pintura al óleo en China. Los lienzos elegidos fueron «Felipe IV», de Velázquez, «Las tres gracias», de Rubens, «Danae recibiendo la lluvia de oro», pintado por Tiziano y de Goya «El 3 de mayo». El arte de copiar en muchas ocasiones suele deberse a una tradición familiar, padres o abuelos que ya lo hacían y que han trasladado a sus descendientes el amor por la copia. A la dificultad propia de pintar la obra elegida se añaden las miradas de los visitantes, más atentos a veces a lo que hay sobre el caballete que a los propios lienzos que cuelgan de la pared. El Prado da un máximo de seis semanas para cada realizar cada trabajo.