España

1-1. ¡Xavi, vuelve!

El español Aritz Aduriz (c) celebra con sus compañeros después de anotar un gol
El español Aritz Aduriz (c) celebra con sus compañeros después de anotar un gollarazon

Minuto de silencio en Údine con dolor acumulado: las universitarias de Tarragona, los asesinatos de Bruselas y el fallecimiento de Johan Cruyff. De los dos equipos contendientes, sólo uno podía homenajear al genio, España, ese descubrimiento de Luis a raíz de los patrones del Barça, que Del Bosque no estropeó sino todo lo contrario. Pero ya no es lo mismo. Pesan las ausencias hasta tal punto que los italianos, animados por los fallos y el descontrol de los españoles, creyeron en la victoria, evitada por David de Gea, el héroe que apunta a titular indiscutible. Aduriz, en racha, hizo el gol del empate. «La Roja», irreconocible.

Puestos a indagar a partir de señales específicas, la presencia de David de Gea en la portería parece una premonición. Es más partido un Italia-España que un Rumanía-España, refugio éste de Casillas, probablemente. Pero saltaban otros datos, nada halagüeños ni esperanzadores, por cierto. Del tiqui-taca vapuleado en Brasil (Mundial de 2014) no había indicios de recuperación en este encuentro que los españoles adormecían en su mitad de campo, incapaces de pasarse la pelota en el de los italianos. Dolían las ausencias de Iniesta y Busquets; nostalgia también de Xavi y Alonso en un equipo desencadenado, impreciso y párvulo. A Thiago le falta jerarquía, o así se aprecia cuando mezcla indolencia con mínimas ráfagas de calidad, y Cesc no termina de cuajar ni cuando recibe el bastón de mando. Tampoco Mata afinaba en el pase y San José intentaba multiplicarse para tapar todos esos huecos que los chicos de Conte, a oscuras al principio, quizá impresionados por el halo del rival que ganó a su selección una memorable y antológica final de la Eurocopa, descubrían a la fuerza.

Del Bosque, no muy dado a la exposición fuera del banquillo, en una de las varias salidas que tuvo que hacer para intentar corregir el desaguisado, tropezó con el asistente y se fue al suelo. Representaba en cierto modo la imagen de esa Selección antaño dominadora. Pérdidas continuas de balones, Morata y Aduriz, a verlas venir; Azpilicueta más despistado todavía que Juanfran; Ramos entre la cal y la arena, Piqué superado y De Gea, en su sitio. Menos mal. La mano que sacó en el minuto 15 para despejar el tiro de Candreva le convirtió en el mejor jugador del partido, por otra parte, paupérrimo de calidad.

Sin orden ni velocidad ni autoridad, el descanso se hizo necesario para corregir el desbarajuste. España tenía que dejar de jugar en funciones y aprovechar las evidentes carencias de sus rivales, que si contragolpeaban era porque se lo ponían a huevo, y que si combinaban era porque estaban más espabilados. Inicialmente, el remedio español fue cambiar a Koke por Mata y meter a Nacho por Ramos. Mejoró la presión, pero no el fútbol, ni la actitud.

Los errores de Juanfran en la Selección son insólitos en el Atlético. Sin cobertura detrás, regaló un balón que supuso otra ocasión para Italia, que de nuevo De Gea desbarató al despejar por bajo el lanzamiento de Insigne. Y a continuación, otro de Florenzi. El portero era el único que se ganaba el puesto. Buffon, sin embargo, veía el partido desde lejos.

El siguiente incentivo fue Isco, por Thiago. Tampoco. Había avisado cuatro veces Italia y a la quinta fue la vencida. Entró por la banda de Juanfran, ganó la espalda a la defensa, centró solo Giaccherini y más solo fusiló Insigne. Lo merecía Italia, sin embargo, sólo un minuto después llegó el empate. Cabeceó Morata en fuera de juego, despejó Buffon y Aduriz, en pleno romance con el gol, se jugó el tipo para hacer el 1-1.

Por las ausencias, de Iniesta, de Busquets, quizá de Cazorla, por tantas novedades en la alineación, porque cualquier tiempo pasado fue mejor o porque sólo se trataba de un amistoso, por lo que fuera, el homenaje a Cruyff tendrá que esperar. En Údine no fue posible. Ayer no era el día ni España sombra de sí misma. Sólo De Gea brilló a la altura que cabía esperar; fue, con diferencia, el mejor del encuentro, y Morata y Aduriz, que pelearon contra molinos de viento, se redimieron con ese gol que no debió subir al marcador. Triste amistoso. ¡Xaviii! ¡Vuelveee!

. Ficha técnica:

1 - Italia: Buffon; Florenzi (De Silvestri, m.89), Darmian, Bonucci, Astori, Giaccherini; Candreva (Bernardeschi, m.60), Parolo (Jorginho, m.89), Thiago Motta, Eder (Insigne, m.46); y Pellé (Zaza, m.60).

1 - España: De Gea; Juanfran (Jordi Alba, m.78), Piqué, Sergio Ramos (Nacho, m.46), Azpilicueta; San José, Thiago (Isco, m.61), Cesc; Mata (Koke, m.46), Aduriz (Silva, m.71) y Morata (Alcácer, m.86).

Goles: 1-0, m.67: Insigne. 1-1, m.70: Aduriz.

Árbitro: Deniz Aytekin (ALE). Amonestó a Motta y Parolo por Italia; y a Cesc por España.

Incidencias: encuentro amistoso disputado en el estadio Friuli. Se guardó un emotivo minuto de silencio en memoria de Johan Cruyff.