Con Messi todo es más fácil

Decía Tite, seleccionador de Brasil, en la previa del clásico de las Américas que seguía sin dormir bien cuando su equipo jugaba contra Messi. Hoy cuatro meses después del último partido que Leo disputó con la albiceleste, el choque contra Chile por el tercer puesto de la Copa América allá por el mes de julio, el futbolista del Barça ha anotado el único gol del encuentro que le ha dado a Argentina el triunfo frente a Brasil. Leo está de vuelta y Tite tenía razón.

Tras cumplir los tres meses de suspensión impuesto por la Conmebol, Messi volvía a vestir la camiseta de su selección. Con el brazalete de capitán pegado a su brazo, el "10" acaparó todas las miradas en su regreso en el King Saud University Stadium de Arabia Saudí. Leo estaba de vuelta y el rosarino, expulsado en el último partido que disputó con la albiceleste, tenía ganas de reivindicarse. El escenario no podía ser mejor.

No fue el partido más brillante de Messi con Argentina. Atosigado por los zagueros de la canarinha que le hicieron un gran marcaje durante los 90 minutos, Leo no encontró ante Brasil demasiados espacios para exhibirse. Pero en los pocos que encontró, el futbolista del Barça fue un verdadero quebradero de cabeza para los cariocas. Tanto que en uno de las autopistas que encontró libre, Alex Sandro lo derribó dentro del área. El colegiado no se lo pensó, penalti y Messi fue decidido tras el balón.

Alisson, su verdugo en las semifinales de Champions, le adivinó el lanzamiento, pero en el rechace Messi, con rabia, envió en el balón al fondo de la red. Tenía ganas el "10" de volver a sonreír con Argentina y sus compañeros, conscientes de que Leo lo pasó mal cuando conoció que iba a estar tres meses sin poder lucir la elástica de Argentina, corrieron al unísono a abrazarse con el delantero. Era el gol 69 de Messi con su selección.

Con unas de sus ya famosas arrancadas que dejaron a Militao y a Thiago Silva por el camino, la primera parte llegó a su fin. A la vuelta de los vestuarios Argentina siguió intentándolo y de falta, cómo no, a punto estuvo Messi de colársela a Alisson Becker. ¡Qué guante tiene el rosarino! Pero el marcador no se movió y Argentina logró llevarse el clásico de las Américas. Y es que cuando Messi sonríe, Argentina es feliz.