Carlos Sainz se hace mayor

El panorama no era halagüeño a principio de temporada, seamos claros. Carlos Sainz llegaba a McLaren, una escudería tan mítica como perdida en el tiempo, que era incapaz de fabricar un monoplaza decente, como bien sabe Fernando Alonso. También había ciertas dudas con Carlos en algunos sectores por la perenne comparación a la que se veía sometido con el genio asturiano y, curiosamente, con su propio padre. Dudas absolutamente disipadas tras un año espectacular, trepidante por momentos, que ha culminado de la mejor manera, amarrando el sexto puesto en la clasificación de pilotos. Es decir, lo mejor que podía conseguir con la máquina que tenía entre manos. Toca, pues, pensar en cotas mayores.

¿Ganar el Mundial? Para ganar un Mundial de Fórmula Uno se necesitan tres cosas: el mejor coche, o casi, talento natural y ambición. Carlos cumple con creces dos de estos requisitos. El talento lo ha demostrado esta temporada sacando puntos imposibles, arriesgando y protagonizando «hachazos» memorables. En cuanto a la ambición, no hay problema. Es un ganador. Tiene la mirada afilada y el discurso muy claro: no conformarse. Y eso significa algún podio más el año que viene y, si la suerte sonríe mucho, pescar la victoria.

2021 La temporada clave para Sainz será la de 2021. Mercedes motorizará a McLaren y ya sabemos de qué es capaz la escudería alemana. Si el binomio vuelve a funcionar, Carlos podría aspirar a todo. Otra opción es encontrar un asiento en un coche ya ganador. El año que viene habrá movimientos interesantes y el caché del español ha aumentado. De momento, Ferrari ya ha empezado a cortejar públicamente a Hamilton. El campeón podría llegar a Maranello para devolver la gloria a los italianos tras el fiasco con Vettel. El futuro está abierto para todos y Sainz ha sembrado para obtener lo máximo.