Ciclismo

Ciclismo

Ibon Zugasti: «Mi primera novia me dijo “el ciclismo o yo” y no he soltado la bici»

El ciclista y youtuber, de 47 años, narra la vida «de trotamundos» y sacrificio que le ha permitido dedicarse a su pasión

ibon zugasti
ibon zugastilarazon

Con un millón de visualizaciones al mes Ibon Zugasti es el youtuber de referencia del ciclismo español, aunque como él aclara, «ante todo soy ciclista». Un nómada en bicicleta, que vive entre un garaje y una maleta y que ni ha pensado en sacarse el carné de coche. Con 47 años sigue compitiendo al más alto nivel en las pruebas de ciclismo de montaña más duras del mundo, en categoría Élite y para el equipo Orbea, por el que acaba de fichar el exprofesional «Purito» Rodríguez.

Tras criarse en Lezo (Guipúzcoa) se mudó a Barcelona para formarse en su primera profesión, diseñador gráfico, que en unos años le concedió, como director de una editorial, la comodidad y el sedentarismo que todos persiguen en algún momento. Todos menos él. En esa misma ciudad la bici se cruzó en su camino para cambiar su vida para siempre. Allí empezó a entrenar a diario en cualquier hueco de su jornada laboral, hasta que un día decidió dejarlo todo por dedicarse a pedalear. «Siempre me ha gustado hacer las cosas al cien por cien, quien mucho abarca poco aprieta, y durmiendo apenas cuatro o cinco horas es imposible ser feliz», afirma Zugasti. Fue entonces, en 2004 y con 32 años, cuando inicia el sueño de intentar ser «un pro». «No me apoyaba nadie. Mis padres me querían matar. Pasé de vivir en Pedralbes a compartir piso». Además él, que hasta entonces sólo había competido en «Mountain Bike», decide probar con la carretera. «Nunca había estado en una escuela de ciclismo, no sabía ni ir a rueda», reconoce Ibon.

Aún así, entre su palmarés ha conseguido la Vuelta a Salamanca, Cantabria, Castellón, Ávila y Toledo, aunque siempre fue consciente de que correr la Vuelta a España sería imposible: «Era consciente de que con 36 años es imposible dar el salto a la élite. La gente sólo ve tu edad. En su momento me lamentaba por no haber comenzado antes, pero hoy no cambiaría nada de lo que hice». En sus inicios cobraba 50 euros por carrera, pero «la verdadera locura» empezó cuando fichó por un equipo continental (tercera división del ciclismo profesional) con licencia paraguaya. Un equipo de presupuesto muy limitado que apostó por él con 40 años: «Dejé de ser amateur y disfrutar del ciclismo para hacerme “profesional”, sin cobrar y compitiendo contra gente mejor y con muchos más recursos que yo. El ritmo de vida era insoportable. Llegaba a viajar de Barcelona a Londres para correr una clásica, levantarme a las seis con sólo tres horas de sueño, ducharme en una fuente y meterme en un coche de un equipo polaco para ir desde Nottingham hasta Bruselas entre carretera y ferry. Y así, casi toda Europa a lo trotamundos».

A pesar de todo, sigue eternamente agradecido por esa experiencia que le permitió competir hasta en 28 países. De esa época guarda uno de sus mejores recuerdos: su debut en el Tour de San Luis (Argentina), en el que compitieron los mejores ciclistas del momento, entre ellos, Alberto Contador y Vincenzo Nibali.

Ibon reconoce que llegó a «perder la cabeza por la bici» y que hizo sacrificios que hoy no repetiría: «Mi primera novia no soportaba la vida de monje ciclista que yo llevaba y me hizo la pregunta de “el ciclismo o yo”, y desde entonces no he soltado la bici. De psiquiátrico». Su «enfermiza obsesión» por entrenar no le abandonaba ni cuando viajaba a Sudamérica como diseñador gráfico. Se llevaba la bicicleta a todos sitios. «He llegado a perderme un Boca-River y hasta las cataratas de Iguazú por salir en bici. Menuda pedrada tenía».

Pero más allá de las dos ruedas su otra gran pasión es comunicar, lleva haciéndolo desde hace cuatro años en Youtube y desde hace aún más en un blog en el que dejaba sus comentarios hasta Luis Enrique, el actual seleccionador nacional de fútbol. «Ese sí que es un enamorado de la bici», suelta entre risas Ibon. «Hace las carreras más duras del mundo y luego se va a dormir al camping como uno más. Me identifico mucho con la gente de carácter radical como él».

Zugasti ha encontrado en Youtube su medio ideal: «Soy el dueño de mi propio contenido y me permite mostrarme tal y como soy, sin pretender ser ejemplo para nadie». Con esa autenticidad que le caracteriza tampoco rehuye la pregunta de si le haría una entrevista para su canal a Lance Armstrong, condenado por dopaje. «Le haría diez. A pesar de todo, su historia sigue siendo importante y una referencia. El ciclismo ha cambiado mucho. Ahora mismo me preocupa más el dopaje en redes sociales (compra de visualizaciones) que en el ciclismo».