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Balonmano

Así se han preparado los Hispanos para el Europeo: trabajo personalizado, horas extra en vacaciones...

Jesús Rivilla, el preparador físico de España, explica cómo es el trabajo que no se ve

Los Hispanos llevan pleno de victorias en el Europeo
Los Hispanos llevan pleno de victorias en el Europeolarazon

«En deportes individuales sí, pero en ningún otro equipo he visto el alto grado de responsabilidad que hay en éste para el cuidado personal», explica Jesús Rivilla, el preparador físico de los Hispanos, que arrancan hoy la segunda fase del Europeo ante la República Checa (jueves 16 a las 16:00, en Teledeporte). El campeonato empezó oficialmente el 9 de enero, pero en realidad lo hizo mucho antes. Rivilla tiene que intentar que los jugadores de Jordi Ribera afronten el momento cumbre de la competición lo mejor posible, y que resistan lo que podrían ser hasta nueve partidos en 18 días. Esta vez la peculiaridad es que el Europeo ha comenzado una semana antes de lo normal, lo que implica menos tiempo de maniobra. Y había otra dificultad añadida. «Los de Polonia o Hungría, que terminaron su liga el 12-13, o los de España el 14-15, han tenido un alto grado de responsabilidad no sólo para descansar, que lo hicieron, sino para realizar un programa de entrenamiento autónomo, además con bastante carga y con hasta diez sesiones», desvela Rivilla.

Jesús Rivilla, preparador físico de España, en primer plano, con Dani Dujshebaev detrás
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Así, por ejemplo, mientras Julen Aginagalde aprovechaba para desconectar unos días con la familia y «recuperar» la mente, no dejaba de lado el cuerpo. «Me mandaban fotos y vídeos entrenando a pesar de que algunos salieron con la familia fuera en los días libres, pero incluían una, dos y hasta tres horas de entrenamiento», asegura el preparador físico español. El objetivo es que todos llegaran a la concentración de finales de mes en condiciones de empezar a trabajar duro. El disponer de menos tiempo de previa antes del torneo también supuso tener que «hilar muy fino para acercarte a la dosis máxima y hacer una buena puesta a punto sin arriesgarte a tener más lesiones». «También se nos ha hecho indispensable meter pequeñas dosis de preparación física cada 48 o 72 horas como máximo, hasta llegar al campeonato: por ejemplo, lo hicimos el 29 de diciembre, el 31 cada uno en su casa y el 2 de enero, ya de vuelta. Vamos cargando cada 48-72 horas para no sólo mantener la preparación, sino si es posible llegar a un máximo», continúa Rivilla, que lleva algo más de tres años con el equipo. «Nos conocemos bien y por eso puedo individualizar cada plan de trabajo, en los pesos, la velocidad en que deben levantar las cargas, los movimientos adaptados a su puesto específico...», insiste. Por ejemplo, no puede ser lo mismo el trabajo de Aitor Ariño, un extremo, que el de Viran Morros, el especialista en defensa que tiene que chocar y empujar a rivales que van más allá de los 100 kilos.

El seguimiento personal llega hasta el punto de hacer un cuestionario cada día para saber su disponibilidad física, sus dolores o su calidad de sueño. «Este año usamos un dispositivo para medir la fatiga acumulada: mediremos el salto post partido porque es un dato bastante fiable. Y seguimos utilizando los que miden la velocidad de ejecución como elemento de control para ver cómo evoluciona la forma física día a día», añade. «Los datos de la primera semana de preparación a la segunda variaron para mejor hasta un 15 por ciento en varios jugadores. Es decir, que asimilan el trabajo rápido y pueden recuperar la forma en poco tiempo», finaliza Rivilla. Todo esto en colaboración con la labor de los médicos y los fisios permite que los jugadores puedan mantenerse bien tantos días.