El Espanyol femenino busca su milagro

Wiston Churchill dijo que el éxito es la capacidad de ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo. Para el Primer Ministro británico durante la Segunda Guerra Mundial, la gente valiente se forja en las caídas y eso parece ser a lo que se aferra el Espanyol Femenino esta temporada. Último clasificado de la Primera Iberdrola y sin conocer aún la victoria en las dieciséis jornadas que se llevan disputadas, las chicas de Jordi Ferrón quieren conseguir su milagro.

“Te diría que es una de las situaciones más complicadas que me ha tocado vivir como futbolista. Mira que lo intentamos, luchamos, pero al final, por errores que cometemos nosotras mismas se nos escapan los partidos”, cuenta la futbolista del Espanyol Dulce Quintana. La zaguera del segundo equipo más goleado del campeonato y que aterrizó en las filas del club catalán hace ya cuatro temporadas, refleja el sentir de un vestuario que, pese a la desilusión en forma de derrota que les atiza cada fin de semana, no ha perdido la esperanza de poder revertir esta dura situación. “Sólo se necesita creer”, dice. Y es que, hasta que los números no digan lo contrario, en la Ciudad Deportiva Dani Jarque la palabra rendirse no está permitida. "Este Espanyol todavía tiene mucha vida”, apunta la jugadora de origen paraguayo.

Con tres puntos de cuarenta y cinco posibles y a nueve de la salvación, la mente se ha convertido en el principal arma de las espanyolistas en este tramo final del curso. “Necesitamos que el factor psicológico sea nuestro pilar más fuerte porque en la situación en la que estamos es determinante. Si estás bien anímicamente las cosas fluyen mejor. Ahora, si empiezas la semana lamentándote y con penas por el partido de ayer, no hacemos nada ”, señala una jugadora que al igual que su equipo, necesita saber cuanto antes a qué sabe esa primera victoria.

Este sábado frente al Valencia, las de Jordi Ferrón tienen ante sí una nueva oportunidad para salir de esa “burbuja negra” y encarar por fin esa ansiada senda del triunfo. Sus homólogos, que atraviesan una situación idéntica, los de Abelardo son el farolillo rojo de Primera, no paran de trasmitirles su apoyo. “Cuando coincidimos con ellos no paran de decirnos que confían en nosotras. Al igual que nosotras también lo hacemos en ellos”, dice una futbolista que siente tristeza al ver a su club en horas bajas.

Arropadas por un incansable grupo de aficionados que nunca han dejado de creer en ellas, el Espanyol quiere empezar a construir cuanto antes su milagro y es que el tiempo no corre a favor de uno de los históricos del fútbol español. En la capital del Turia quién sabe si la suerte podría empezar a cambiar porque después de tantas caídas, es momento de que estas chicas se vuelven a casa con sus primeros puntos de la temporada. “Sería nuestro despegue”.