Entrevista

Pepa Romero: «Me sacaron una pistola y le dije al cámara: corre, pero no dejes de grabar»

La gallega presenta «YAS Verano» en Antena 3, una apuesta que combina información, entretenimiento y personalidad

Pepa Romero: «Me sacaron una pistola y le dije al cámara: corre, pero no dejes de grabar»
Pepa Romero: «Me sacaron una pistola y le dije al cámara: corre, pero no dejes de grabar»Atresmedia

Por segundo año consecutivo, Pepa Romero se pone al frente de “YAS Verano”, la edición estival del programa “Y ahora Sonsoles” en Antena 3. La periodista gallega asume con entusiasmo y responsabilidad el reto de liderar las tardes televisivas durante los meses más complicados en cuanto a actualidad y consumo. En esta charla con LA RAZÓN, habla de autenticidad, memoria de reportera, incendios, audiencias y del vértigo —y la satisfacción— de tener las llaves del “Ferrari de la casa”.

Es su segundo año en "YAS Verano", ¿siente que le han confiado una gran responsabilidad?

Bueno, si usamos esa comparación del Ferrari, sí. Es una etapa maravillosa, pero también una responsabilidad tremenda. Yo siempre intento mantener el ritmo de un programa que es líder prácticamente todas las tardes del año. Me veo en esa tesitura de guardar el fuerte mientras la capitana está de vacaciones. Y bien merecidas, porque Sonsoles pega un año muy duro.

¿Hay más presión de la que se percibe al sustituir a Sonsoles Ónega?

Claro que sí, es una profesional como la copa de un pino, pero no solo por eso. Tú no puedes bajar la guardia nunca, ni minusvalorar a la audiencia. El público busca calidad, que le informes, que le entretengas y que le ofrezcas el mejor producto posible. Hay mucha competencia. Este año incluso más que el pasado: programas políticos que no paran, entretenimiento en Telecinco... El público no se queda porque sí. Se queda si le das lo mejor. Cada día nos estrujamos los sesos para encontrar buenos testimonios, temas potentes, entrevistas, puntos de directo.

¿La autenticidad ha sido siempre su sello personal?

Yo no sé imitar. Soy como soy. Y siempre he sido igual delante y detrás de las cámaras. Muchas veces digo algo en directo y luego me acuerdo de los millones de personas que están viendo, pero ya es tarde... me sale natural. Sonsoles y yo compartimos eso: alegría, naturalidad, comodidad ante la cámara. Creo que la gente valora que seas tú mismo.

¿Nunca ha intentado adaptar su forma de comunicar a lo que se espera?

No soy capaz de imitar ni de impostar, ni de hacer un papel. Se me nota. A veces meto la pata, hago comentarios que luego pienso “uy, qué he dicho”, pero eso también nos hace humanos. Yo soy muy de reacción. Y a veces me asusto pensando en lo que puede salir en los digitales.

¿Qué momento televisivo recuerda como más inesperado o impactante?

No tengo buena memoria. De hecho, mis amigas y mi familia me recuerdan mis propias anécdotas. Pero una que sí recuerdo: me sacaron una pistola en San Blas. Estaba haciendo un reportaje para Telemadrid sobre venta de droga. Bajaron con una recortada y tuvimos que salir corriendo. Le dije al cámara: “corre por tu vida, pero no dejes de grabar”. Siempre pensaba primero en el reportaje y luego en mi integridad.

¿Qué aprendió de aquella etapa como reportera de calle?

Yo era casi una niña, tenía muchas ganas de demostrar. Nunca miraba el reloj. Hacía muchas horas, me metía en todos los sitios. Y ahora, en el máster que imparto cada año, se lo digo a mis alumnos: que no pongan pegas, que demuestren, que propongan. Es un mundo competitivo, y marcar la diferencia está en tus ganas de trabajar.

¿El verano cambia la forma en la que la audiencia se relaciona con la televisión?

Sí, cambia. La gente está en la playa, hay más niños en casa… pero creo que lo que siempre buscan es información y entretenimiento. Aunque en verano baja la información, intentamos ofrecer debates, polémicas o temas que conecten con el público.

¿Cómo aborda su equipo informaciones tan duras como los incendios?

Nosotros somos también servicio público. No podemos hablar de cosas frívolas mientras España está ardiendo. Hay que cubrirlo, dar voz a quien lo está pasando mal. Aunque haya canales que apuesten por otro tipo de contenidos, nosotros intentamos dar la información con conciencia.

¿Y cómo se consigue ese equilibrio entre informar y no abrumar al espectador?

Yo creo que la clave está en humanizar el drama. Mostrar cómo afecta de forma real a las personas. Que el espectador empatice con quienes lo están viviendo. Aun así, no tengo claro cómo se consigue ese equilibrio… Es cuestión de sensibilidad.