Entrevista a Lucas Mondelo, seleccionador de baloncesto: “El deportista español aprende desde pequeño a competir”

Lucas Mondelo vivirá sus segundos Juegos Olímpicos «en casa». El seleccionador de la Edad de Oro del baloncesto femenino español entrena al Toyota Antelopes nipón en la ciudad de Nagoya, a 350 kilómetros de Tokio. «Haré de anfitrión, un poco de guía turístico por Ginza, Shibuya... será divertido», comenta desde Belgrado poco después de lograr la clasificación de su «equipo» para los Juegos. Estaba a punto de coger un vuelo de regreso a Japón para reiniciar la Liga de aquel país. Allí estará hasta abril. Y luego, a pensar en la cita olímpica después de unas merecidas vacaciones en Perú.

–¿Qué ha sido lo del Preolímpico: un marrón, un trámite, un estorbo...?

–Hombre, nuestros rivales han parado sus Ligas y se tiraron tres semanas de preparación. Nosotros hemos preparado el torneo en tres días, en realidad preparamos poco más que el primer partido contra Corea. Con las Ligas, la Euroliga y la Eurocup no se puede parar. Las «Ventanas» nos hacen pupa a los europeos, pero como llevamos con un bloque de jugadoras desde hace años y no somos una selección, somos un equipo, eso nos da mucha ventaja competitiva. Y eso que hemos tenido problemas porque había jugadoras tocadas, no teníamos a una pieza tan importante como Astou Ndour, pero... El grupo, el equipo está por encima de todo y creo que nos hemos clasificado de forma brillante para todos los condicionantes que rodeaban al Preolímpico.

–¿Cómo está Japón con respecto al tema del coronavirus?

–A ver qué me encuentro ahora. Ellos son gente muy cuidadosa y en cuanto tienen algún problema se ponen una mascarilla para no contagiar a los demás. Son muy ceremoniosos, muy respetuosos, evitan cualquier contacto físico... No tienen nada que ver con los chinos. Cuando estuve en China –cuatro años como técnico– un amigo me dijo que no me preocupara si el primer mes no entendía nada, pero es que llegó el tercer mes y seguía sin enterarme de nada. En Japón no ha sido así, son muy diferentes. Todo tiene su encanto, sus cosas buenas y sus cosas malas. Japón ha sido más fácil. China es más un país para verlo. Menos mal que el Preolímpico no ha sido allí porque habría sido un jaleo importante.

–¿Cómo valora la cantidad de selecciones -–ya son diez–que España va a llevar a los Juegos?

–Es la muestra de que el deporte español está muy, muy arriba. El deportista español aprende desde que es muy pequeño a competir. A esto, que no sucede en otros países, ayuda que hay un enorme trabajo de los entrenadores, de muchos entrenadores que están muy preparados y de unas estructuras muy bien organizadas que permiten trabajar muy bien. A competir sólo se aprende compitiendo, aunque pueda sonar redundante es así.

–¿Cómo estaba el vestuario después de la clasificación?

–Muy satisfecho. Hay gente, como yo, que va a disputar sus segundos Juegos. Para otras serán los terceros y para nuestra capitana Laia van a ser los cuartos. Va a ser muy emocionante. Todo este grupo desde el staff, los entrenadores, médicos, fisios, jugadoras, se lo merecen... Somos un equipo, soy yo el que está hablando contigo, pero este es un trabajo de todos. Y me quiero acordar de todos los entrenadores que trabajan en los clubes, de toda la gente que está detrás de estas jugadoras en los clubes de todo el país... Porque esto es el fruto de un trabajo de muchos entrenadores y yo no he creado a jugadoras como Alba Torrens, yo ahora estoy disfrutando de ellas.

–¿Qué se puede esperar en Tokio después de siete veranos seguidos ganando medallas?

–La gente no puede pensar que se va a ganar una más porque sí. El equipo está inmerso en un cambio tranquilo, un relevo generacional que se va haciendo con calma, pero es que enfrente va a haber muchos equipos con posibilidades de estar en el podio al margen de Estados Unidos. Mira, me salen así sin pensar mucho Australia, Francia, Serbia, Canadá, China y Japón. Nuestro objetivo en los Juegos es competir bien, estar en cuartos de final y luego ya veremos qué pasa. Va a ser una experiencia.