Fútbol

Fútbol

Lopetegui y el Sevilla se la juegan en tierra de vampiros

Los sevillistas visitan al Cluj en la ida de los dieciseisavos de final de la Liga Europa

Sevilla FC press conference
Julen Lopetegui y Fernando, en la rueda de prensa previa al partido ante el Cluj en RumaníaROBERT GHEMENTEFE

El Sevilla juega este jueves (18:55 horas) la ida de los dieciseisavos de final de la Liga Europa en Cluj-Napoca, capital de la Transilvania rumana. Imposible sustraerse a la tentación del paralelismo entre el estado de Julen Lopetegui y la leyenda de Vlad Tepes III “El Empalador”, hijo más célebre de esta región enclavada en los montes Cárpatos e inspiración de Bram Stoker para su personaje del Conde Drácula. Porque si es verdad que los vampiros succionan la sangre de su víctima hasta robarle toda su energía, habremos de admitir como hipótesis probable que algún murciélago de colmillo hipertrofiado se ha cruzado últimamente con el entrenador sevillista.

Contemplar la expresión demudada de Lopetegui en los últimos partidos de su equipo, braceando en el área técnica como un náufrago sin esperanza, es un espectáculo muy parecido al que ofrecían los actores de reparto a los que victimaba Bela Lugosi en su saga cinematográfica sobre Drácula: ojos sin vida, rictus entre el espanto y la sorpresa, palidez de lapón en invierno… toda la sintomatología propia de haber sufrido el ataque de un chupasangre. La (presunta) debilidad del Cluj, su rival en este primer round europeo de 2020, es el único cimiento sobre el que reconstruir al equipo que maravilló a comienzos de temporada. Del que ahora no se percibe traza alguna.

No es desdeñable sin embargo la peligrosidad del campeón rumano. Lo entrena Dan Petrescu, aquel lateral derecho que destacó en el Chelsea de Zola y Gullit, que ha convertido el vetusto estadio Constantin Radulescu en una ciudadela tan inexpugnable como la de Poenari, el bastión del Empalador. Una vez ha perdido el Cluj en casa en sus 35 últimas comparecencias y aquí cayeron en la fase de grupos la Lazio, el Celtic de Glasgow y el Rennes. Ojito. Toda la plantilla sevillista, a excepción de un Carriço en trance de emigrar a China, se ha desplazado en un viaje en el que se palpa la tensión que precede a la tragedia. Como “el rey de la competición” se autodefine el Sevilla desde lo alto de sus cinco títulos de la Liga Europa. Bien, es cierto. Tan verdad como que hace un año abdicó contra el Slavia de Praga, que tampoco se comía a nadie.