Fútbol
El Espanyol se despide (4-0)
Los cuatro goles encajados, tres de Diogo Jota, hacen casi imposible la remontada en Cornellá-El Prat la próxima semana
La volea de Ruben Neves con la que marcó el segundo tanto del Wolverhampton fue el golpe definitivo para el Espanyol, al que le costó mucho resistir el impulso del Wolverhampton. Subido a lomos de Traoré, el canterano del Barcelona que llegó a ser convocado por Robert Moreno para la selección, el conjunto inglés encontró en la banda derecha el camino por el que tumbar al Espanyol.
Traoré es un portento físico, un cuerpo musculado como el de un culturista pero que no pierde el tacto con la pelota. Una fuerza de la naturaleza imposible de contener para la mayoría de los defensas del planeta. Al menos para los del Espanyol, más centrados, como todo el equipo, en las cuestiones domésticas de supervivencia.
El Espanyol arrasó en su grupo de la Liga Europa, pero su cabeza está en no descender más que en seguir avanzando en la pelea continental. Más después del gol de Diogo Jota que abrió el marcador para los ingleses cuando sólo se llevaba un cuarto de hora de partido.
El ex jugador del Atlético abrió el marcador de su equipo y la puerta para la clasificación a los cuartos de final. El Espanyol no tenía ganas de pelear por una victoria que le distrae demasiado de su objetivo principal. Por eso Abelardo hizo rotaciones, muchas, y la intensidad del equipo decayó.
La muestra de que las cabezas de los españolistas no estaban en el estadio Moulineux, el lugar donde habita el Wolverhampton es el tercer gol, conseguido también por Diogo Jota sin que le molestara demasiado ninguno de los jugadores del fondo del Espanyol.
Jota estaba en su día. En realidad en su competición, porque marcó también el cuarto en una jugada personal ante la desesperación de Abelardo en el banquillo. Es el segundo triplete que consigue en este torneo. Nuno aprovechó el cuarto y la tranquilidad de saber que tiene que ocurrir un terremoto en Barcelona en la vuelta para que su equipo no avance en la competición, para sacar a Diogo Jota del campo.
El portugués se marchó ovacionado por su público. No se merecía menos el trigoleador, un futbolista que tuvo un paso fugaz por el fútbol español. Contratado por el Atlético, no llegó a debutar.
El Wolverhampton llegaba con total facilidad hasta el área españolista y todos sus jugadores se veían capaces de aportar su gol. Tanta fe tenían que Boly y Doherty se molestaron en el área cuando tenían todo a favor para conseguir el quinto. Un lateral y un central peleando por marcar un gol en el área contraria.
Así vivió el Espanyol los instantes finales del encuentro, deseando que terminara para poder regresar a casa cuanto antes. Demasiado brillante había sido su paso por Europa hasta el momento para ser una competición que dejó de ser una prioridad demasiado pronto.
El Espanyol se plantea ya la vuelta como un trámite que tiene que pasar para olvidarse cuanto antes del desastre que vivió en tierras inglesas.
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