Fútbol
Derbi sin miedo al virus
Partizán y Estrella Roja de Belgrado disputan la vuelta de la semifinal de la Copa serbia en un estadio repleto de público
El fútbol ha vuelto a los estadios por todo lo alto con el conocido como derbi eterno. El Partizán y el Estrella Roja de Belgrado se jugaban el pase a la final de la Copa del país balcánico en un estadio repleto de aficionados. Sin medidas de prevención, sin distancia social. Y el gol de la victoria se celebra haciendo piña, con abrazos, con palmadas. Porque un derbi es pasión y si la prudencia no tiene cabida en los profesionales, menos entre la afición. Hay que recibir a los jugadores a las puertas del estadio, cantar y ondear banderas en las gradas y sobre todo iluminar la noche con bengalas. Muchas bengalas.
Los dos equipos de Belgrado tenían pendiente la vuelta de las semifinales desde que la pandemia interrumpió la competición. El partido de ida acabó con un empate a 0 y en la vuelta, el solitario gol del israelí Bibras Natcho clasificó al Partizán para la final del torneo del KO. Por eso, con una final en la saca, el festejo al final del partido se desmadra con la afición. Y es que con algo más de 12.000 casos y apenas 200 fallecidos, en Serbia covid19 suena más a novela de ciencia ficción que a pandemia.
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