Algunos, los más pesimistas (¿o realistas?) dirán que a buenas horas, no sin razón. Otros, cargados de optimismo, pensarán que mientras hay vida hay esperanza. El caso es que el día que el Barcelona dijo prácticamente adiós a la Liga firmó una actuación redonda y rotunda por fin, quizá lo que se esperaba con la llegada de Setién: ver a un equipo fino, moviendo la pelota rápido y desmontando a un gran rival como es el Villarreal, que al descanso ya veía cómo perdía por 1-3 y se marchaba quizá con la sensación de que podía haber sido peor. Si el campeón está más lejos de revalidar el título es porque el Madrid volvió a no fallar quizá en el campo donde los azulgrana tenía esperanzas de que podía hacerlo. La distancia se queda en cuatro puntos, con doce por disputarse. Lo tiene a tiro el conjunto de Zidane, lo mínimo que se le pide al Barcelona es que caiga con honor, que pelee hasta el último momento, sensación que no transmitió por ejemplo cuando empató con el Atlético en el Camp Nou.

Volvió Griezmann al equipo titular y se inventó Setién un dibujo en el que el francés se sintió cómodo compartiendo equipo con Luis Suárez y con Messi. Los tres atacantes esta vez en vez de jugar en forma de montaña, lo hicieron en forma de valle, con Leo de enganche y sus dos compañeros por delante con mucha movilidad. Estuvo demasiado cómodo el «10» y eso suele ser una mala noticia para sus rivales. Al Barcelona hasta le salió bien lo de ponerse rápido por delante en el marcador con el tanto de Pau Torres en propia puerta, pero de nuevo le volvió a durar poco, a la primera contra que le cazaron, resuelta por Gerard Moreno. En esta ocasión encajó bien el golpe el equipo barcelonista. No se inmutó y siguió haciendo lo mismo, encontrando mucho equilibrio en el medio con las llegadas de Sergi Roberto por sorpresa, la inteligencia y el toque de Busquets y el trabajo y las entradas de segunda línea de Arturo Vidal. La amplitud por la banda la daba Jordi Alba, en la izquierda. Griezmann consiguió por fin ser uno más del equipo sin necesidad del gol, ofreciéndose para pasar y jugar de primeras, rápido, aunque el gol también llegó. Tras finalizar con una sutil vaselina la asistencia de tacón de Messi. Era su segundo regalo, ya que el tanto anterior de Luis Suárez también llegó en una arrancada de Leo. En una más. Las dianas fueron el reflejo de lo que sucedió. No siempre pasa en el fútbol. Esta vez, sí.

Reforzó el Villarreal el centro del campo para molestar a Messi. Un gol les metía en el partido, pero Setién respondió equilibrando las fuerzas en esa zona media para igualar fuerzas con Riqui Puig y Rakitic. Sergi Roberto pasó a lateral, tras haber brillado como interior. El partido fue algo más parado, pero el Barcelona estuvo bien igualmente, perdonó varias acciones y amplió la cuenta con Ansu Fati. A Messi el gol se lo anuló el VAR El Villarreal apenas amenazó a Ter Stegen.