Fútbol

Argentina

Maradona “tenía el corazón con algunas secuelas”, según su médico

Leopoldo Luque asegura que Diego estaba “triste y con abstinencia”

Leopoldo Luque no logró declarar ante la Fiscalía que investiga la muerte de Diego Armando Maradona.
Leopoldo Luque no logró declarar ante la Fiscalía que investiga la muerte de Diego Armando Maradona.Natacha PisarenkoAP

El médico personal de Diego Armando Maradona, el neurocirujano Leopoldo Luque, acudió de forma voluntaria a la Fiscalía de San Isidro, que investiga la muerte del exfutbolista, pero no logró declarar ante los fiscales, tal y como era su intención.

Ante los medios congregados en la Fiscalía, Luque, que no está imputado, pero sí investigado en relación a la muerte de Maradona, volvió a hablar de la salud del Diez: “Diego estaba muy bien. Él tenía el corazón con algunas secuelas, pero la operación se pudo realizar. Dos meses antes le había hecho un ecocardio. Siempre se intentó observar si había algo, pero las cuestiones cardiológicas eran propias de sus antecedentes, no era nada alarmante”.

Luque aseguró que notaba a Maradona “triste y con abstinencia”. “Lo vi el jueves, cuando tuvimos ese encontronazo, después lo vi el viernes para retirarle los puntos y luego el domingo, porque me decían que estaba triste, pero como amigo, porque yo no era un especialista en el área”, declaró Luque a Crónica TV.

“Los objetivos fueron logrados, que era que Diego no bebiera, acomodarle la medicación, eso era lo que buscaba con la familia”, añadió el médico.

Luque negó que faltara personal médico o equipamiento médico para atender a Maradona: “Diego era una persona a la que esto le podía pasar antes o después. ¿Había criterios para tener una ambulancia en la puerta y un desfibrilador? No. Si hubieses sido así, el cardiólogo no lo hubiera dejado salir de la clínica”.

También negó que él fuera el único responsable de las decisiones que se tomaron sobre la salud de Maradona: “Yo tomaba decisiones, porque creía que había que tomarlas, que sobrepasaban mi especialidad, para colaborar con los profesionales que lo estaban tratando en ese momento. Indicaciones dábamos todos, algunas las acataba y otras no. Si el paciente no tiene ganas de hacerlo y no está declarado insano, el paciente tiene derecho a elegir y era lo que pasaba con Diego”.

Si fuese mi padre, hubiese hecho lo que hice con él. Verlo y recorrer los kilómetros que recorría para acompañarlo, para darle un beso, para acariciarle la mano, para decirle que no estaba solo. Ya a él lo traté como a un padre. Ni a mi padre lo traté así cuando falleció”, añadió.