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Domantas, mucho más que el hijo de Sabonis

Malagueño de adopción, se ha convertido en el mejor hombre alto de la Conferencia Este. «Es muy inteligente y mejora a sus compañeros», dice su entrenador

Domantas Sabonis intenta atrapar un rebote
Domantas Sabonis intenta atrapar un reboteAshley LandisAP

Domantas Sabonis (3-5-1996, Portland) ha pasado la mitad de su vida en Málaga. Uno de los barriles de la mítica bodega El Pimpi en la capital de la Costa del Sol lleva su firma. Es una prueba más de su ADN malagueño. Como su paso por la Escuela de Baloncesto Los Guindos o la temporada que pasó con el Unicaja de Joan Plaza en la ACB. El más pequeño de los tres hijos de Arvydas Sabonis se ha convertido esta temporada en uno de los referentes de un clásico de la NBA. Los actuales Pacers de Indiana, el estado del baloncesto por antonomasia, no se entienden sin la presencia del lituano de 2,11 que ya es mucho más que el hijo de Arvydas.

La explosión de Domantas venía fraguándose hace tiempo. En la temporada pasada ya fue all-star, pero es que lo de este año le está llevando más allá. Es el mejor jugador interior de la Conferencia Este. Se ha convertido en una máquina de hacer dobles-dobles. Catorce partidos y en ninguno de ellos ha anotado menos de diez puntos o atrapado menos de diez rebotes. Más de 20 puntos por partido (21,9), cuarto mejor rebotador de la Liga (12,6) y el hombre alto que más puntos genera para sus compañeros (5,6) después del serbio Nikola Jokic. Roza el 60 por ciento de acierto en los tiros de dos y después de fallar los últimos doce triples que intentó, ante los Mavericks de Luka Doncic se soltó con un 3/4.

Domantas creció en Torremolinos y se educó en las pistas de una de las mejores canteras de España, Los Guindos. Allí coincidó con Álex Abrines y su paso por Málaga terminó en la temporada 2013/14 en el Unicaja. Debutó el 5 de septiembre de 2012 ante uno de los enemigos íntimos de su padre, la Cibona de Zagreb.

Tras la temporada en la ACB apostó por el baloncesto universitario estadounidense. Recaló en la Universidad de Gonzaga y en su segundo año con los Bulldogs (17,6 puntos y 11,8 rebotes) se le abrieron las puertas de la NBA. Fue elegido en el número 11 del draft y recaló en los City Thunder. Sólo estuvo un año en Oklahoma, pero Larry Bird vio algo en el lituano y le reclutó para sus Pacers en 2017. Dos años de rodaje con la franquicia estancada dieron paso a un primer tramo de temporada pasada que concluyó con su presencia en el pasado Partido de las Estrellas, pero... el equipo había acumulado cinco años seguidos cayendo en la primera ronda de los playoffs. Los dos últimos por sendos 4-0. Bird decidió apostar por Nate Bjorkgren, colega de Sergio Scariolo como ayudante en los Raptors. Con su predecesor comparte poco más que el nombre. El equipo es más alegre y Domantas se ha convertido en la pieza clave. En apenas un mes de temporada ha batido sus récords de puntos (32), rebotes (22) y asistencias (11).

Los Pacers son cuartos en el Este con un balance de 8/6. Son la alternativa a Nets, Celtics, Heat y Bucks y con Sabonis como indiscutible referencia. «Es muy inteligente, mejora las jugadas del equipo con y sin balón y hace mejores a sus compañeros», asegura Bjorkgren.

Con un contrato de 18,5 millones de dólares esta temporada y tres años más de duración, Domantas fue el primer elegido como Jugador de la Semana en el Este. Aquí y en Estados Unidos hay unanimidad en que cada vez se parece más a su padre. Domantas confiesa que ve muchos vídeos de Arvydas para aprender los movimientos del que para muchos es el mejor pívot del baloncesto europeo y uno de los mejores de la historia. No sólo eso. En Málaga se asegura que de los tres hermanos (Tautvidas y Zigymantas son los otros dos) es el más parecido a la leyenda lituana. Tan reservado, tan perfeccionista y tan callado como él.